domingo, 18 de mayo de 2014

El chico de la hamaca (XXXV)

Gloria se va a casar y se irá a vivir con su suegra. Su novio se llama Paco y es zapatero remendón. Los últimos días parece que está muy nerviosa y no deja de hablar sola y de llamar a su novio canalla. No entiendo lo que le pasa pero le ha tenido que dar un gran disgusto; estaba muy contenta preparando su boda, pero algo ha cambiado.

Finalmente se fue y oigo comentarios sobre que la boda puede tener malas consecuencias. No va a ser fácil convivir con la madre de su marido, a quien la gente tiene por loca, ¿Qué pasará si el marido hereda ese problema?

La prima Luz ha tomado su relevo y se ha venido a vivir con nosotros. De momento, mi madre, parece estar más tranquila con la situación. Mi prima, aunque joven, es muy responsable y cumple al pie de la letra las órdenes de mi madre.

El tratamiento es el mismo que la otra vez; quizás menos medicinas, pero tengo que hacer reposo, no salir a la calle, todo el día en cama, leer y oír la radio: los programas deportivos, los concurso, Diego Valor, Dos hombres buenos, los seriales, la “Cabalgata fin de semana”… Las visitas de mis tíos y primos los domingos por la tarde, del abuelo Marcos que me ha enseñado a jugar a la brisca y al tute cuando viene por las tardes y juega conmigo... Todo sigue igual, sin cambios. Mi madre se escapa de la tienda cuando tiene una oportunidad para ver como estoy. Siempre está preocupada y nerviosa y con la sensación de no poder hacer las cosas bien. Creo ya tiene tomada la decisión de traspasar la tienda.

Las fiestas de Navidad son tan tristes como en años anteriores. La situación no mejora y el enorme trabajo que se produce en la tienda esos días mantiene a mi madre al borde del agotamiento. Mi prima ayuda en lo que puede, como otros primos mayores: Amparo, Pepe, Manolo, el hermano de Luz…La cena de Nochebuena no se puede alargar mucho, las dos están muy cansadas y la comida de Navidad la hace en casa de sus padres.

Cuando tenemos que ir a consulta al hospital del Niño Jesús es casi un día de fiesta. La tía Carmen vive cerca y vamos a su casa al salir de la consulta; comemos allí y puedo jugar un rato con mis primos. Manolito es de mi edad, pero su vida es muy diferente. Va al colegio, de curas, juega con su bicicleta en el Retiro y hace deporte. Después de comer peleo con él sobre su cama, quiero demostrarle que no estoy enfermo y que le puedo.


Pasadas las fiestas, se produce una novedad que rompe la monotonía, Un representante de “Gallina Blanca” (alguna cosa buena tendría que tener la tienda)  ha dado a mi madre dos invitaciones para asistir, en directo, en Radio Madrid, a un concurso que presenta  la pareja más conocida de la radio: José Luis Pecker y Luisa Fernanda Martí; lo patrocina “Gallina Blanca” y, desde “la pecera”, mi prima Luz y yo presenciamos el concurso rodeados de otros invitados y pudimos conocer en directo a estrellas de la radio de las que solo conocíamos sus voces. Tras el concurso, los dos genios del humor que son Tip y Top, comenzaron su programa “No pierda usted el juicio”, cosa difícil de conseguir dadas sus disparatadas actuaciones y, en el que, vestidos de toga, simulaban juicios esperpénticos. Pasaban de uno a otro extremo del estudio, haciendo preguntas absurdas a los espectadores y restregando los merengues que llevaban en una bandeja, por la cara de las personas que presencian el programa en el estudio. Nosotros, en “la pecera”, estuvimos a salvo de sus locuras. No me había divertido tanto en mucho tiempo.

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