Gloria se va a casar y se irá a vivir con su suegra. Su novio se llama
Paco y es zapatero remendón. Los últimos días parece que está muy nerviosa y no
deja de hablar sola y de llamar a su novio canalla. No entiendo lo que le pasa
pero le ha tenido que dar un gran disgusto; estaba muy contenta preparando su
boda, pero algo ha cambiado.
Finalmente se fue y oigo comentarios sobre que la boda puede tener
malas consecuencias. No va a ser fácil convivir con la madre de su marido, a
quien la gente tiene por loca, ¿Qué pasará si el marido hereda ese problema?
La prima Luz ha tomado su relevo y se ha venido a vivir con nosotros.
De momento, mi madre, parece estar más tranquila con la situación. Mi prima,
aunque joven, es muy responsable y cumple al pie de la letra las órdenes de mi
madre.
El tratamiento es el mismo que la otra vez; quizás menos medicinas,
pero tengo que hacer reposo, no salir a la calle, todo el día en cama, leer y
oír la radio: los programas deportivos, los concurso, Diego Valor, Dos hombres
buenos, los seriales, la “Cabalgata fin de semana”… Las visitas de mis tíos y
primos los domingos por la tarde, del abuelo Marcos que me ha enseñado a jugar
a la brisca y al tute cuando viene por las tardes y juega conmigo... Todo sigue
igual, sin cambios. Mi madre se escapa de la tienda cuando tiene una
oportunidad para ver como estoy. Siempre está preocupada y nerviosa y con la
sensación de no poder hacer las cosas bien. Creo ya tiene tomada la decisión de
traspasar la tienda.
Las fiestas de Navidad son tan tristes como en años anteriores. La
situación no mejora y el enorme trabajo que se produce en la tienda esos días
mantiene a mi madre al borde del agotamiento. Mi prima ayuda en lo que puede,
como otros primos mayores: Amparo, Pepe, Manolo, el hermano de Luz…La cena de
Nochebuena no se puede alargar mucho, las dos están muy cansadas y la comida de
Navidad la hace en casa de sus padres.
Cuando tenemos que ir a consulta al hospital del Niño Jesús es casi un
día de fiesta. La tía Carmen vive cerca y vamos a su casa al salir de la
consulta; comemos allí y puedo jugar un rato con mis primos. Manolito es de mi
edad, pero su vida es muy diferente. Va al colegio,
de curas, juega con su bicicleta en el Retiro y hace deporte. Después de comer
peleo con él sobre su cama, quiero demostrarle que no estoy enfermo y que le
puedo.
Pasadas las fiestas, se produce una novedad que rompe la monotonía, Un
representante de “Gallina Blanca” (alguna cosa buena tendría que tener la
tienda) ha dado a mi madre dos
invitaciones para asistir, en directo, en Radio Madrid, a un concurso que
presenta la pareja más conocida de la
radio: José Luis Pecker y Luisa Fernanda Martí; lo patrocina “Gallina Blanca”
y, desde “la pecera”, mi prima Luz y yo presenciamos el concurso rodeados de
otros invitados y pudimos conocer en directo a estrellas de la radio de las que
solo conocíamos sus voces. Tras el concurso, los dos genios del humor que son
Tip y Top, comenzaron su programa “No pierda usted el juicio”, cosa difícil de
conseguir dadas sus disparatadas actuaciones y, en el que, vestidos de toga,
simulaban juicios esperpénticos. Pasaban de uno a otro extremo del estudio,
haciendo preguntas absurdas a los espectadores y restregando los merengues que
llevaban en una bandeja, por la cara de las personas que presencian el programa
en el estudio. Nosotros, en “la pecera”, estuvimos a salvo de sus locuras. No
me había divertido tanto en mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario