domingo, 29 de marzo de 2020

Europa

Lamentablemente, veo que nos seguimos poniendo en la disyuntiva entre el "suicidio colectivo" o el "sálvese quien pueda"; me refiero, específicamente, a dirigentes e instituciones nacionales e internacionales que están eligiendo, claramente, la segunda de las disyuntivas: La unidad de acción brilla por su ausencia, la voluntad de conseguirla tampoco aparece por ninguna parte, la insolidaridad campa por doquier, la decisión de hacer negocio con las carencias de los otros es evidente, etc., etc.

Las instituciones de la "Unión"Europea están jugando con fuego al ser incapaces, hasta el momento, de decidir sobre temas de los que depende la continuidad de la propia idea de Europa. Ya hace tiempo que existen movimientos, fuerzas centrifugas, que pretenden la desintegración de la UE. Trump, el Brexit, la oposición de algunos países del Este, Italia, aunque, no en este momento..., forman parte de este movimiento. Sospecho que, en España, también está creciendo esa tendencia, al menos, entre los representantes del partido mas a la derecha, lo que, en mi humilde opinión, nos llevaría al desastre.

Es por eso que pienso que, si de esta crisis no sale reforzada la idea fundacional de la UE., Europa, como tal, desaparecerá. Europa y todos y cada uno de los países que forman parte de ella, deberían ser conscientes de la situación y ponerse urgentemente a la tarea de realizar los cambios necesarios en las Instituciones y en las ideas, que hagan que Europa y su forma de vida se mantengan, primero, para sobrevivir, y segundo, para servir de contrapeso a  los colosos que intentan impedir que ambos conceptos desaparezcan.

Para terminar con un tono más esperanzado, quiero exaltar los ejemplos que nos dan personas y colectivos que, en nuestro país, están poniendo en riesgo sus vidas por intentar salvar las de los demás y que, cada día, reciben el aplauso de la gente de la calle en reconocimiento por dicho sacrificio.



viernes, 27 de marzo de 2020

La incógnita de china y otras nimiedades



Napoleón, dicen que  pronunció la frase: “cuando China despierte…el mundo temblará”.  No sé en qué pensaba cuando lo dijo, pero la respuesta ya la estamos recibiendo. Después de ochenta y cinco años de revolución, “Larga marcha”, hambre, libro rojo, cambios de estrategia, liberalizaciones económicas, industrialización y con una cantidad ingente de mano de obra, además, muy barata, la incógnita de China se ha despejado.

China ha eclosionado, como por sorpresa, convirtiéndose en una potencia industrial imprescindible para el funcionamiento de un gran número de países del mundo occidental. Además, lo ha conseguido aprovechándose de la propia filosofía capitalista: abaratando los costes fabricación de los productos que estos venden, obteniendo, así, mayores márgenes de beneficio, aunque sea a costa de desindustrializarse ellos mismos.

En paralelo con esta estrategia, se han convertido en líderes en tecnologías de la comunicación, energía solar, tecnología espacial, etc., etc., haciendo la competencia en estos campos a las mismas empresas de los Estados unidos.

En la actual crisis sanitaria, parece que han sabido dar una respuesta adecuada a la misma, convirtiéndose, en este momento, después de controlarla, en los proveedores de elementos básicos, para países que no han tenido la mínima previsión ante esta situación y que hasta hace poco tiempo, miraban a China y a los chinos, por encima del hombro.

Ahora, ante una economía de guerra, como la que enfrentamos, nos damos cuenta de nuestras carencias. Muchas preguntas y reflexiones deberían hacerse a partir de esta situación. Tanto políticas, como económicas. 

Al llegar a este punto de la reflexión, he recordado un evento al que asistí hace un tiempo. 
Creo que fue hace unos 10 años. Fue una comida de trabajo organizada por la AED de Madrid. Al terminar la exposición del ponente, le hice una pregunta.

Por un lado le dije que el proceso de globalización me había parecido un engaño. Nos lo habían vendido como un sistema que aumentarían la competencia y la competitividad de las empresas, etc., etc., pero que, en la práctica, en base a compras, fusiones y absorciones ejecutadas por las empresas más poderosas, sobre sus competidoras, se había producido el fenómeno contrario; había desaparecido la competencia y se había aumentado y concentrado el poder en unas pocas que, de esta manera, controlarían a su antojo las condiciones del mercado. Hay muchos sectores económicos que está controlados de esta manera

En cuanto a su exposición sobre el devenir en el mundo futuro de las empresas y la economía, le dije que estaba de acuerdo en que así sería. La pregunta era que, teniendo en cuenta la reflexión anterior y la exposición que él acababa de hacer, como se iba a poder responder al problema social que esa situación iba a suponer y que, en realidad, ya estaba suponiendo.

La respuesta fue: "pagando un 30% o un 40$ de IVA, que era el único impuesto que funcionaba. 

Esta opinión, produjo un murmullo de sorpresa y desaprobación en un auditorio compuesto, mayoritariamente, por empresarios y periodistas. El ponente dijo entonces: "pues si no es así, estaremos abocados a una segunda revolución francesa" 

Uno de los presentes, haciendo una broma, preguntó ¿con guillotina o sin guillotina? la respuesta fue: "las revoluciones, siempre son con guillotina"

Bien, esto no es mas que una anécdota y no se si la solución propuesta sería la adecuada. Lo que sí sé, es que la situación actual, como otras anteriores, nos están pidiendo tomarlas muy en cuenta para replantearnos nuestro sistema de vida, nuestros presupuestos y nuestras prioridades, con el fin de conseguir una sociedad con menos contradicciones. No podemos seguir recibiendo mensajes contradictorios, en función del día de la semana o de los intereses particulares de alguien. Los dirigentes de las instituciones, a nivel mundial, ni que decir de los nuestros, deberían trabajar para crear las condiciones que impidan que, en cuanto pase el miedo inmediato, sigamos corriendo, como pollos sin cabeza, en pos de cometer los mismos errores que nos llevan al "suicidio colectivo" o al  "sálvese" el que pueda.

jueves, 26 de marzo de 2020

El virus II

Durante los últimos años, he tenido, y tengo, una fuerte dependencia de la Seguridad Social. Hace 16 meses me hicieron un trasplante renal en el Hospital Ramón y Cajal y previamente, estuve realizando en casa el proceso de diálisis peritoneal; durante todo ese tiempo, he recibido una excelente atención, tanto médica, como personal.
Quiero, en este difícil momento para todos y en particular para el personal sanitario, enviar un fuerte abrazo, mi aplauso y mi agradecimiento para todos ellos y, en especial, para tod@s los componentes de los servicios de Nefrología y Urología.

P.D. Lamento infinito las condiciones en las que tienen que realizar su trabajo, por la ineptitud y la falta de previsión de las autoridades sanitarias, tanto autonómicas como del gobierno central. Espero que esta experiencia sirva para corregir, en el futuro, los errores cometidos durante los últimos años.

domingo, 15 de marzo de 2020

El virus

La epidemia, pandemia...etc., que estamos padeciendo, pone en evidencia lo que, de una manera difusa, me preocupa desde hace ya tiempo. Tengo la sensación de que estamos viviendo en el filo de la navaja, huyendo hacia adelante como pollos sin cabeza, tratando de ignorar realidades que nos molestan y no queremos ver.

Con esto no quiero referirme, solo, a nuestro país, sino a una realidad global. Nadie parece dispuesto a pararse a reflexionar sobre que la situación en la que vivimos, de desigualdad social que se agrava constantemente, que no se puede mantener indefinidamente y, aunque, de vez en cuando, se producen sacudidas o movimientos telúricos, como paso hace pocos años con la crisis financiera, que nos avisa, no hacemos caso.

Entonces, parecía que se hacían propósitos de modificar de forma drástica ciertos errores cometidos, pero nada de eso sucedió. al contrario, en cuanto paso un poco el miedo, nos lanzamos a recuperar la misma situación, a cometer los mismos vicios y los  mismos errores, que nos habían llevado a aquel desastre. Es más, en lugar de ser conscientes de que las soluciones, si las hay, se tienen que acometer conjuntamente, se está produciendo un movimiento contrario, una fuerza centrífuga que trata de obligarnos a esta huida, que no nos lleva a ninguna parte donde, cada cual, trata de ponerse a salvo individualmente.

Ahora, esta nueva crisis, que sí, esta vez era absolutamente imprevisible, pone, de nuevo ante el espejo, las debilidades que padecemos. Vivimos, como dije al principio, al filo de la navaja, sin márgenes de seguridad; cualquier contingencia, y ésta es grave, nos desarma. Un ejemplo, simple, aunque didáctico, es el de la falta de mascarillas, de kits de protección individuales para nuestros profesionales sanitarios. Elementos que no deben necesitar de una inversión importante y que sí era previsible, desde hace unas semanas, que se fueran a necesitar.

Ayer oí, en la radio que, en Bélgica, había una gran escasez de mascarillas, y que, en el puerto de Trieste, había una carga de ellas para enviarlas, pero que el barco no salía, porque el proveedor exigía su pago por adelantado y el gobierno belga ponía dificultades para hacer el pago. No parecía ser una fake news y es un buen ejemplo de la situación.

Vivimos en una sociedad contradictoria. Todos exigimos buenos servicios, pero no todos estamos dispuestos a pagar impuestos. En nuestro país, tenemos una deuda exagerada que, cuando pase esta crisis sanitaria, veremos en cuanto se habrá incrementado. Lamentablemente, pienso que en mucho. Me pregunto donde estará el límite y me temo que será, cuando alguien, que no sabemos quien será, ni cuándo ni donde estará, una mañana se levante de mal humor, diga ¡Basta! y cierre el grifo.

La parte esperanzadora de la situación, es ver que siempre hay gente que se vuelca, poniendo en riesgo su propia salud, que no piensa en especular y trabaja sin tener en cuenta horarios ni familia, poniendo al servicio de la sociedad sus conocimientos y su trabajo para resolver el problema, pero, no nos engañemos, no serán ellos quienes se lleven la recompensa por ese trabajo; serán otros los que salgan en la foto y se lleven el fruto de su sacrificio. En ese momento se producirán los castigos a los inocentes, los premios a los culpables y las condecoraciones a los no participantes.


sábado, 7 de marzo de 2020

¡¡Ellas...!!



Intentar escribir sobre la mujer ¡Que osadía! Que puedo decir sobre lo más bello, lo más misterioso, lo más incomprensible, lo más perfecto, lo más inesperado, lo único imprescindible…Cada día, a su lado, una emoción nueva y una sorpresa diferente, ― buena o mala, eso nunca se sabe ―. Pero ella es la vida…. Escribir sobre la mujer... ¡Que osadía!