domingo, 22 de mayo de 2016

La disyuntiva

To be or not to be, thats is the question. Votar a quienes has estado esquilmando las arcas públicas durante treinta años, o a quienes en tres meses nos pueden llevar al corralito y a la ruina ¡Menuda disyuntiva!

El golpista - Se inicia la conspiración XXIV

«Primero, fue el deseo de mi madre de que fuese cura…Solo fui monaguillo. De todas formas, aquello fortaleció mi espíritu religioso y mi fe en mi buena suerte. Quise seguir los pasos de mi bisabuelo, el revolucionario que se alzó contra Juan Vicente Gómez y al que me empeñé en reivindicar, a pesar del interés de mi madre en que no se le mencionase en casa, porque lo consideraba un asesino de siete leguas».

«Tuve que investigar en archivos históricos y bibliotecas militares, y recorrer la región de pueblo en pueblo, reconstruir los itinerarios del bisabuelo para conseguir testimonios de sobrevivientes. Creo que de él recibí su espíritu rebelde, y también del tatarabuelo Chávez, que se fue a luchar con Ezequiel Zamora en el siglo pasado por conseguir una sociedad más justa para los campesinos del país… El conocimiento de sus vidas me hizo creer en que yo estaba predestinado a realizar grandes empresas, las que ellos no consiguieron alcanzar».

«El problema en que me metí, cuando, a lo largo de la investigación, pasé inadvertidamente la frontera con Colombia y fui acusado de espionaje por las cosas que llevaba en mi morral: mapas militares, cámara fotográfica, notas… Conseguí convencer al capitán colombiano que me había detenido, hablándole de cuando éramos un solo ejército en la Gran Colombia bajo el mando de Simón Bolívar, cuya fotografía presidía su despacho. Terminamos bebiendo en la cantina y con un soberano dolor de cabeza a la mañana siguiente, cuando el capitán me devolvió mis cosas y me despidió en el puente internacional». 

«Algunas de las experiencias que he tenido que vivir en el ejército, que me han enfrentado a realidades no esperadas. Como cuando me designaron comandante de un pelotón de soldados y un equipo de comunicaciones para liquidar los últimos reductos guerrilleros… El enfrentamiento que tuve que con un coronel, que había pedido refugio en el campamento una noche de grandes lluvias, para que sus hombres dejasen de golpear, con bates de béisbol envueltos en trapos, a un grupo de supuestos guerrilleros a los que había apresado. Era incomprensible ver a campesinos vestidos de militares torturar a campesinos guerrilleros o ver a campesinos guerrilleros matar a campesinos vestidos de verde. Ahí caí en mi primer conflicto existencial que me llevó, hace siete años, a crear, junto con un grupo de compañeros, afines a mis ideas, el movimiento revolucionario con el que vamos a cambiar la historia del país».

domingo, 15 de mayo de 2016

Los paraísos fiscales

Anoche, Miguel Angel Revilla, dijo verdades como puños en relación con los paraísos fiscales. Si existen, es porque se benefician de ellos los que tienen realmente  el poder: los que sobornan a políticos y legisladores para que hagan leyes a su medida; los que tienen la capacidad para crear las condiciones que, luego, harán necesario tomar decisiones injustas, pero que, que casualidad, les seguirán favoreciendo; los que tienen en su mano la capacidad de, moviendo de lugar su inversión, hundir o reflotar una actividad económica, un país o, incluso, un continente; los que consiguen que el precio de las materias primas, suba o baje a su voluntad o, dicho en otras palabras, en función de sus intereses...La masa de dinero almacenada en esos llamados paraísos, utilizada debidamente, sería suficiente para cambiar la faz de la tierra, pero, primero, sería necesario cambiar las conciencias de las personas.

El golpista - Se inicia la conspiración XXIII

« ¡Qué curioso destino el mío! Estoy aquí, sentado en mí despacho del Palacio de Miraflores, conspirando contra el gobierno tras haber tomado la firme decisión de intervenir, de una manera directa, en la vida política de mi país y pienso en la sucesión de acontecimientos que me llevaron a ingresar en el ejército. Nunca pensé que esa decisión me llevaría a ponerme en esta situación.

«Mi niñez en el pueblo. Mis juegos con el entonces amigo mío, Carlos Guillermo Zubiaurre — ese pendejo, güebón, de Zubiaurre —. Siempre, desde que le conozco, ha sido un “mingafría” sin iniciativa propia. Siempre detrás de mí, me siguió cuando decidí ingresar en la academia militar. Allí empezaron nuestros enfrentamientos. Primero por la disputa por aquella chica, amiga de juegos en el pueblo, que nos disputábamos ambos y que se pronunciaba por mí. Aquello le sentó mal y no lo superó, pero también empezaron a evidenciarse nuestros diferentes puntos de vista sobre lo que debería ser nuestra patria. Él vio en el ejército solo un medio para medrar, no tenía otro objetivo, y cuando terminó la estancia en la academia militar, nuestros caminos se separaron definitivamente. Ahora, con la policía de la Seguridad del Estado a sus órdenes, se ha convertido en un elemento peligroso. No es arrecho, pero es inteligente y tendré que estar alerta. Nuestra amistad de chiquillos se ha convertido en animadversión por nuestras diferencias ideológicas y los celos personales y profesionales».

«La realidad es que ingresé en la carrera militar por una razón de conveniencia, no era una vocación en aquel momento. Solo la oportunidad de desarrollar mi afición por el basebal. Mi ídolo era el “Látigo” Chávez, el pitcher venezolano que llegó a jugar en las grandes ligas de los Estados Unidos y, en aquel momento, la mejor manera de llegar a las grandes ligas era ingresar en la academia militar; además, me favoreció la nueva ley que permitía a los bachilleres militares alcanzar los más altos niveles académicos. Mi estancia en la academia me convenció, más tarde, de que el ejército era mi verdadera vocación»...




domingo, 8 de mayo de 2016

Nueva campaña electoral

Estoy harto de oír discusiones sobre lugar en las listas, reparto de vicepresidencias, de posibles futuros escaños, asignación de culpabilidades, pugilatos sobre quien ha mentido más, quien es más o menos corrupto...
¿Quien está dispuesto de hablar sobre educación, plan energético, reforma fiscal, industrialización, disminución de la deuda y el déficit, eliminación de corruptos antes de que los denuncie la prensa o la guardia civil, eficiencia de la administración pública, mejora de la justicia...?

El golpista - Se inicia la conspiración XXII

Soy el primero en llegar a la cita. Mis compañeros, los capitanes Costas y Ortiz, no han llegado, espero que no tengan problemas para hacerlo. Hemos de extremar las precauciones para no ser descubiertos. El futuro de nuestro Movimiento depende de ello. Nadie deberá descubrir que, éste, es uno de nuestros lugares de reunión…

Los golpes convenidos en la puerta, me anuncian su llegada.

A tus órdenes capitán Chávez es su saludo al entrar en la habitación.

Examino a cada uno cuidadosamente. Nada en nuestro aspecto debe delatar la  pertenencia al ejército… Todo parece estar en orden y, como ya estamos todos, tomo la palabra…

Señores, les he convocado en esta ocasión por razones especiales. Todos ustedes están siendo testigos, y partícipes, de los tristes hechos que están llenando de luto nuestra patria.  Por desgracia, nuestro compañero, el capitán Felipe Acosta, caído durante las operaciones militares de estos días, ya no está con nosotros, pero todos recordamos su actuación en defensa de los cuestionamientos que hice de la situación política del país, en mi discurso de conmemoración del ciento cincuenta y dos aniversario de la muerte de nuestro libertador Simón Bolívar, y que tanto irritaron a nuestros superiores asistentes al acto. Al final del mismo, como todos ustedes recuerdan, nos reunimos fuera de las instalaciones militares para pronunciar nuestro juramento, bajo el Samán del Guere: 

“No dar descanso a nuestros brazos y reposo a nuestras almas, hasta no ver instaurada en nuestro país una DEMOCRACIA SÓLIDA y PROFUNDA, con alto contenido social, y especial atención a los menos favorecidos”.

En ese día fundamos el movimiento EBR-200, y es en éste, que hemos de llevar a la práctica lo que nos propusimos entonces. Los acontecimientos así lo exigen. En nombre del juramento que hicimos, les pido su colaboración para llevar a la práctica nuestro proyecto. Nuestro país nos necesita y el sacrificio de nuestro compañero, el capitán Acosta, no puede ser baldío. Por suerte, mi destino como jefe de Ayudantía del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa en el Palacio de Miraflores, me ofrece las oportunidades necesarias para el desarrollo de nuestro proyecto. El nuevo gobierno me ha confirmado en el cargo tras su toma de posesión y mi situación allí proporcionará todo tipo de información útil a nuestro movimiento. Esa misma circunstancia, me ha permitido estar al margen de toda intervención directa en la locura colectiva que se ha desatado estos días y en la que ustedes han tenido que participar en cumplimiento estricto de las órdenes de nuestros superiores. Si triunfamos, cambiaremos el ejército y la política de nuestro país ¡Cumplamos nuestro juramento! ¡Patria o muerte!

¡A tus órdenes, capitán Chávez! Dijeron mis camaradas puestos en pie —. ¡Patria o muerte!


Con los dientes apretados, sus rostros curtidos expresan la tensión del momento, y conscientes de la importancia del paso que estamos dando, nos fundimos en un abrazo para afirmar el compromiso con nuestro juramento al MBR-200, cada día más fuerte, una vez que se han incorporado al mismo, elementos civiles.