Es mi diluvio, pero ¿es esta mi barca?
Había esperado durante mucho tiempo la oportunidad y ahora, la duda, frenaba
mis deseos de lanzarme al futuro. La prudencia ¿o quizás la cobardía? me
impedía tomar la decisión que podía cambiar el rumbo de mi vida. Esta maldita
manía mía de pensar demasiado las cosas para no dar pasos en falso, siempre ha
sido un obstáculo a la hora de tomar decisiones. Si no rompo este círculo
vicioso, perderé la oportunidad y mi
vida se hundirá, para siempre, en el vacío.