domingo, 3 de enero de 2021

El Brexit

El proceso ha sido largo pero, finalmente, el brexit se ha consumado y el Reino Unido de la Gran Bretaña ya está fuera de la U.E. No sé si se puede decir que se ha ido, ya que, creo, que nunca ha estado dentro. Más bien, ha sido como un cuerpo extraño pegado a la epidermis de Europa, incordiando y siendo una rémora para su desarrollo y, dentro de la Gran Bretaña, una asociación que siempre ha tenido un alto nivel de oposición en la población. En este sentido, recuerdo una conversación que tuve, hace ya muchos años, en el 1987 creo recordar, con un ciudadano inglés, en el curso de mi segunda visita a ese país. 

Durante esa visita, que hice con el objeto de seguir un curso de ingles en Leicester, conocí a las personas que hacían el papel de guardeses del edificio en el que se impartían las clases, una familia compuesta por seis miembros: abuelos, hijos y nietos y la conversación tuvo lugar con el hijo de la familia, un hombre de unos 40 años de clase, yo diría, obrera. 

A lo largo de la conversación, aparte de poner a caer de un burro a la primera ministra del país, a la sazón Margaret Thatcher, criticando las medidas que, según su opinión, perjudicaban a la clase obrera, así como su actitud mostrada durante la huelga de los mineros, me expresó su idea de la inutilidad de que el Reino Unido perteneciese a la U.E., ya que ellos tenían la Comomwealth y no necesitaban para nada a la U.E. No sé hasta que punto esta idea estaba muy extendida el el Reino Unido, pero sospecho que, dado el resultado del referendum celebrado en 2016, bastante.

Al hilo de la conversación, en este punto le pregunté por el gran número de pakistaníes que había en la ciudad y que, a mi llegada, me había sorprendido. Me contó que no eran originarios de Pakistán, sino de Uganda. Habían sido expulsados por el expresidente Idi Amín Dadá y llegado a Inglaterra con una maleta y desposeídos de todos sus bienes. Ante la gran cantidad de gente que suponía esta colonia, el gobierno inglés había convocado un referendum en la ciudad para obtener la aquiescencia, o no, de la población de Leicester para la integración de la colonia. La respuesta fue afirmativa y, según me comentó, no habían tenido ningún problema con ellos. Esto, me pareció, había sido una muestra del sentido de responsabilidad de los ciudadanos ingleses, respecto de lo que habían sido sus antiguas colonias y, por lo tanto, de lo que representaba la Comomwealth.

Como anécdota, recuerdo que, unas semanas después de mi vuelta a Madrid, vi una noticia en el periódico, cuyo titular me llamó la atención: "Un  ciudadano de Leicester ha demandado al ayuntamiento de la ciudad por racismo". Naturalmente la noticia me interesó y la leí. 

Resultaba que un ciudadano inglés había solicitado un puesto de barrendero que había ofrecido, digamos en oposición, el ayuntamiento de Leicester, y la demanda venía provocada porque el ayuntamiento había dado el puesto a un pakistaní. El ciudadano inglés se sentía discriminado por racismo. Curioso ¿no?

En todo caso, y fuera de anécdotas, no creo que la decisión británica de consumar el Brexit vaya a ir en beneficio de nadie, todos saldremos perjudicados. En un mundo cada vez más global, el aislacionismo solo lleva a la debilidad.



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