domingo, 15 de noviembre de 2015

El golpista - El Caracazo II


En Guarenas, Alberto Javier Zecoto llegó a la estación de autobuses cerca del mediodía para coger una guagua que le llevase a la capital. Los que habían llegado al lugar antes que él estaban discutiendo con los conductores que, al pie de los autobuses, no les dejaban subir a ellos. La multitud que se había acumulado, gritaba enardecida y parecía dispuesta a linchar a los conductores.

— ¡Estos pendejos pretenden cobrarnos más del 30% de aumento autorizado por el gobierno y no lo vamos a tolerar! ¡Ya es excesivo lo autorizado y a ellos no les parece suficiente! — respondió, a gritos, uno de los más exaltados, a la pregunta de Alberto Javier.

Más y más gente se acumulaba. La guardia nacional no era capaz de controlar a la multitud y un  autobús empezó a arder, la situación amenazaba con salirse de control… En medio del tumulto, el gobernador del estado hizo acto de presencia tratando de poner paz en la situación y de hacer que la lay se cumpliese, pero las empresas cooperativas de transporte no cedían en su objetivo de aumentar el importe del viaje.

— ¡La subida autorizada por el gobierno no es suficiente para compensar la subida del precio de la gasolina, repuestos, neumáticos y cualquier otra vaina, vigente desde ayer!... — Era la respuesta de los responsables de las líneas de transporte.

— ¡No se va a tolerar este desorden! ¡La guardia nacional va a actuar! ¡Vuelvan ustedes a sus casas! ¡El gobierno les garantiza que se aplicará la subida legal!... Las palabras del gobernador del estado se las llevaba el viento sin que nadie las atendiese y el tumulto arreciaba.


— ¡No vamos a soportar por más tiempo esta situación! — Gritó Alberto Javier —,  poniéndose al frente de los manifestantes que se organizaron para marchar hacia el centro de Caracas.

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