domingo, 15 de marzo de 2015

Lo que nunca te dije

22

Muchos amigos y toda la familia, me acompañaron durante los días que duró tu internamiento. Cada noche, mientras duró tu estancia en el hospital, el teléfono no dejaba de sonar, no me dejaban cenar, pero no me importaba. Todos preguntaban; querían saber cómo estabas, como evolucionaba el problema…Yo les explicaba lo que podía. Unos entendían, otros se hacían los tontos…El entierro y la misa funeral fueron una manifestación. Por los años en que estuvo abierta la tienda de papá en el barrio, nos conocía mucha gente. 

Le pedí a José Antonio que me excusase ante todos ellos. Agradecí mucho su presencia, como no, pero no me apetecía someterme a las frases de rigor: “Te acompaño en el sentimiento”, “era una gran mujer…”.  Que me iban a decir... A ti te admiraban por tu fuerza de voluntad, por tu lucha…A mí, me miraban con una sombra de duda ¿Qué va a hacer ahora solo? — me parecía oírles decir —. No eran capaces imaginarme sin ti a mí lado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario