domingo, 8 de marzo de 2015

El chico de la hamaca (LXII)

Casi todas las noches, la señora Rafaela, la vecina que vive en la terraza, baja a darle un poco de conversación a mi madre. Hipólito, su marido, se acuesta temprano porque tiene que madrugar mucho, como es vigilante del servicio de recogida de basuras, tiene que estar en los garajes de salida de los camiones ordenando los equipos. Las dos se toman, mientras charlan, unos vasos de tila, con miel y limón, dicen que para dormir mejor, aunque a mi madre no parece que le haga mucho efecto. Cuando se marcha a su casa, Rafaela se despide de mí y siempre me recuerda que, cuando nací, ella fue la primera que me tuvo en sus brazos.
Por fin se está poniendo fin al conflicto en el Sahara español. Ha habido una alianza entre Francia y España y las tropas franco-españolas han lanzado una ofensiva que ha derrotado al Ejército de Liberación Sahariano. El poder aéreo  de los europeos ha estado compuesto por una escuadra de ciento treinta aviones (sesenta españoles y setenta franceses) y sobre el terreno se han desplegado nueve mil soldados españoles y cinco mil franceses; el teniente general López Valencia, capitán general de Canarias, ha comandado las fuerzas españolas. En dos semanas se han recuperado todos los reductos marroquíes, incluyendo Edchera, Tafurdat y Smara; el llamado ejército de liberación ha sufrido muchas bajas y ha abandonado gran cantidad de material en los reductos montañosos.

Los americanos han puesto en órbita su primer satélite artificial lanzado desde Cabo Cañaveral, el Explorer I. De nuevo hay discusión sobre la supremacía de la UU.RR.SS.SS. o de los EE.UU., en la carrera espacial. En el fondo, ambas naciones se están aprovechando de los científicos alemanes que se llevaron a sus países cuando la Alemania nazi perdió la guerra. Era Alemania quien había desarrollado la tecnología balística que les permitió lanzar los V-2 contra los países aliados. Los rusos se llevaron a Fiedrich Tsander con su equipo de científicos que, mas tarde, traspasó sus conocimientos al ruso Serguei Korolyov, cabeza visible de los rusos en la carrera espacial. Los americanos se quedaron con Wernher Von Braun que, con quinientos colaboradores, se trasladó a los Estados Unidos para poner sus conocimientos de balística al servicio de la carrera espacial. Cada día me interesa más este tema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario