domingo, 8 de marzo de 2015

Lo que nunca te dije

Cuántas veces me habrás dicho:
«Pero hijo, qué cabezón eres, cómo te gusta llevar la contraria».
«Hijo, qué inútil eres, nunca encuentras nada. Todo te lo tienen que poner en los morros».

Ya ves, ahora lo encuentro todo ¡Qué remedio! Eso sí, sigo siendo igual de cabezón, pero los demás no me agobian con ello; si no les gusta lo que hago, disimulan y, quizás, lo critiquen a mis espaldas. No lo puedo evitar, mi punto de vista sobre las cosas casi nunca coincide con el de la gente que me rodea. 

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