Este es la primera de las reflexiones, que en sucesivas publicaciones, iré desgranando a lo largo de los días, semanas..., que durará el relato de la serie de imágenes que me dejo mi corto viaje por la isla de Cuba en Mayo de 1997, para aquellos que tengan la amabilidad, y la paciencia, de leerlas...
CUBA
I. La Habana
Los
acontecimientos que se han producido en Cuba durante las últimas semanas me han
traído a la memoria los nueve días pasados allí en mayo del 97 del siglo
pasado. Dicho así parece una eternidad pero “solo” son unos 25 años…, más o
menos.
Desde hacía
algún tiempo me atraía la curiosidad por
visitar el País…: Última colonia de España en América; lugar donde había acabado sus días un
ilustrado español, Juan Bautista Picornell, que, alternativamente, había
luchado, tanto por la independencia de algunos países que formaban parte de la
Corona española en América, como, posteriormente, por su conservación en la
misma; la forma en que los EE.UU. influyeron en la independencia de la isla; el tutelaje que ejercieron sobre ella a partir de
ese momento; la revolución castrista desarrollada durante los años 50, con el
asalto al cuartel de Moncada y las guerrillas operando en la Sierra Maestra, cuyo
desarrollo había seguido por la radio desde mi cama durante mis años de
confinamiento por la “nefritis”; la simpatía general con que había sido
recibida la caída de la dictadura del coronel Batista; la leyenda romántica
creada alrededor de Fidel y del “Che”, que pronto empezó a decaer ante la
deriva comunista que, inmediatamente de su victoria, adoptó el nuevo régimen.
Las ejecuciones y confinamientos de los fieles al anterior régimen, que se
multiplicaron ante la general sorpresa del mundo; la asociación de Castro con
la Rusia Soviética; la fallida invasión de la isla en Bahía Cochinos; la crisis
de los misiles, que a punto estuvo de provocar una tercera guerra mundial; el
consiguiente compromiso de los EE.UU. de no hacer ningún intento más de invadir
la isla; los problemas que había sufrido el país desde la caída del sistema
comunista y la consiguiente desaparición de la UU.RR.SS.SS.; crisis como la de
los balseros, en que los cubanos partían desde diferentes playas en frágiles
balsas con la intención de llegar a las costas de Florida, huyendo de las
penurias y la escasez que la desaparición de su socio comunista había provocado en la isla…
En aquel momento, parecía que se abrían algunas ventanas de “libertad” para la isla: se promovía el turismo, el gobierno cubano había autorizado la apertura de los llamados “paladares” — especie de restaurantes ubicados en casas particulares — algunas empresas españolas estaban haciendo inversiones en la isla; en particular, las más importantes cadenas hoteleras españolas se estaban implantando allí abriendo sus instalaciones… Parecía llegado el momento de hacer una visita a un país, tan unido históricamente a España, y con un desarrollo reciente tan interesante como anacrónico en el mundo occidental, desde donde llegaban noticias tan dispares, siempre teñidas del tinte ideológico de quien las emitía. El viaje me atraía sobremanera.
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