Después de un paréntesis vacacional bastante amplio, vuelvo a reencontrarme con la "nueva realidad", lo que me conduce, inevitablemente, a mis comentarios sobre temas, algunos nuevos, y otros ya más manoseados, pero que siguen ahí, contumaces, sin querer pasar ni cerrar esa página. De esta forma, a mi vuelta me encuentro con un conjunto de erupciones volcánicas: unas metafóricas y otras reales.
Al segundo caso se encuentran la erupción del volcán de Cumbre vieja en la isla de La palma y la del Etna en Italia. Estos fenómenos tan antiguos, la actividad volcánica es consustancial con la vida de nuestro planeta, cada vez que se producen nos recuerda que hay manifestaciones naturales que no podemos controlar, pero que, dada la sociedad contradictoria en la que vivimos, lo que supone una gran tragedia para algunos, se convierte en espectáculo turístico para otros. Es lo que está pasando en la isla de La Palma.
Ahora estamos viendo la destrucción que está provocando la erupción actual, donde el paso de la gran cantidad de lava incandescente que arroja el volcán está enterrando zonas de cultivo, en especial de plataneras de las que La Palma es la mayor productora, núcleos urbanos y edificaciones aisladas, así como kilómetros de carretera que están siendo sepultados por los ríos de lava.
Todos esos daños son absolutamente irrecuperables. y sus propietarios u ocupantes no podrán volver allí nunca. esas pérdidas no están cubiertas por los seguros, que no cubren las consecuencias de catástrofes naturales y tendrán que ser cubiertas por las distintas administraciones que, sabemos, llegarán tarde y mal. Los daños del terremoto de Lorca siguen, en muchos casos, sin ser compensados y hace de eso ya diez años. En el caso de La Palma las edificaciones se deberían de reconstruir en otros lugares y, para las carreteras habrá que buscar soluciones alternativas. Al final dinero que irá a cuenta de nuestra deuda que seguirá aumentando ¿hasta....cuando?
Una de las erupciones, esta metafórica, es la de la quiebra de la empresa constructora china por una deuda impagable de más de ¡¡trescientos mil millones de dólares!! Nunca hubiera imaginado que en un país denominado comunista, en un periodo de expansión que parecía imparable, se pudiese producir una deuda de esa dimensión en una empresa privada. Un fenómeno que parecería ser solo posible en una economía capitalista. En esta época todo se confunde. Como dice una frase de no sé quien, "yo ya no sé si soy de los nuestros" sean estos los que sean.
En este grupo, también aparecen otras erupciones, estas más amortiguadas, como la cuestión catalana que, de vez en cuando, suelta algunas fumarolas, como la última aparición del expresident Puigdemón y las que aparecerán al lo largo de las conversaciones de la famosa mesa, que no está muy claro de donde vienen y a donde irán, que solo parecen tener justificación en si mismas y que se alargarán, por lo tanto, indefinidamente.
Otras erupciones que han surgido, lo han sido, como era de esperar, con la puesta en funcionamiento real de las leyes de la eutanasia y el aborto. Las posiciones ante estos problemas están tan encontradas, que producirán, inevitablemente, emisiones de gas tóxico cada vez que se produzcan situaciones como la de doctora geriátrica que no ha podido ser atendida en la sanidad pública para que la realizasen un aborto o la de la señora que se ha suicidado por no ser atendido su deseo de acabar con sus insoportables sufrimientos. Estos temas son tan sensibles que, si no se reglamentan de una manera muy clara, seguirán produciendo erupciones ante cada situación no resuelta o mal resuelta.
¡¡EN FIN, EL VERANO SE ESTÁ ACABANDO ANTES DE LO PREVISIBLE!!
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