En mi camino de vuelta al
hotel, alcancé a ver, al pasar por la Avenida Andrés Bello, la destrucción de
la tienda de la proveeduría, y como, las fuerzas especiales tomaban posiciones
en los alrededores para contener a los asaltantes. Ya amanecía cuando volví al
hotel, agotado de mi excursión por la capital, e impresionado por lo que había
visto durante la noche. Era impensable para mí una explosión de violencia como
aquella, y mucho menos, una falta de previsión como la que las autoridades
habían demostrado: falta de preparación en las fuerzas policiales,
insubordinación, en muchos casos falta de actuación e, incluso, participación
en los saqueos en otros…Sin desvestirme, me tiré a la cama y tras un corto
sueño y una ducha fría para espantar el cansancio, me puse frente al televisor
a ver como seguían desarrollándose los acontecimientos.
Las primeras imágenes que vi
fueron el saqueo del Centro comercial
Anauco, en San Bernardino. Los desórdenes se habían prolongado durante la noche
y continuaban ya avanzada la mañana… ¿Nadie iba a tomar alguna decisión para
acabar con aquella barbarie?
***
«Juan ¿En qué andas? Ya es otro día y no has vuelto… Espero con ansia verte
aparecer y no llegas... Estoy viendo en la televisión imágenes de las revueltas
y creo verte en todas ellas. Veo cuerpos caídos en el suelo y las imágenes
pasan sin pararse, sin dejarme ver si alguno de ellos eres tú, Juan, miro a
nuestros hijos que duermen ajenos a lo que está pasando y mi alma india
presiente la llegada de malos tiempos. Vuelve a casa Juan de la Cruz…»
***
En la habitación de mi hotel me entero de la noticia que se está repitiendo
en todos los medios:
—«A las cuatro de la tarde, el
Presidente de la República ha reunido el Consejo de Ministros que ha tomado las
siguientes decisiones: Declaración del estado de emergencia, activación del
Plan Ávila y suspensión de garantías constitucionales. Las fuerzas del
ejército, bajo el mando del Ministro de la Defensa, tomarán la situación bajo
su control hasta que sea restablecido el orden».
Sin duda, pienso, esta decisión va a cambiar el rumbo de los
acontecimientos. Era necesario tomarla dado el fracaso de la actuación de las
fuerzas policiales, pero puede tener, también, una influencia imprevisible en
el futuro del país que, desde hace ya tres décadas, no había vivido la
intervención del ejército en la vida política.
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