jueves, 8 de noviembre de 2012

La manta religiosa

Soy una manta religiosa ¿Como he llegado a esta situación? A nadie de mi familia le había pasado antes. Mi madre, una manta zamorana, siempre dispuesta a dar calor suave y acogedor a toda la familia. Mi padre, una recia manta palentina, especializada en proteger pastores bajo la lluvia y el frío en las crudas noches de invierno. Incluso mis primas, que han venido de Sudamérica con sus alegres colorines y que me dicen que son "ponchos" - nunca había oído esa palabra - antes de conocerlas a ellas, y yo, mírame, aquí, abrigando las piernas de esta viejecita que todas las tardes reza sobre mí el rosario. De tanto rozarme una y otra vez con las cuentas me he aprendido de memoria todos todos los misterios. Cuando estoy sola, rezo y rezo por la viejecita ¿Donde me llevarán cuando mi amiga deje de rezar el rosario sobre mí?

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