Madre no hay más que una, es verdad, pero cada una
diferente. Las hay posesivas, protectoras, descuidadas, trabajadoras
infatigables, egoístas, generosas, dulces, cariñosas, abnegadas, tiernas,
duras…, y la tienes que aceptar tal como te toque; es una realidad inamovible.
La mía no solo me dio la vida, me la mantuvo, incluso sacrificando la suya,
hasta el final de sus días.
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