domingo, 8 de febrero de 2015

¡Que panorama!

Al mundo se le están saltando las costuras: la UE lucha por no deshacerse, Ucrania está casi deshecha. Putin pretende seguir siendo un actor principal en el mundo sin que le apoye su propia economía. Obama lucha contracorriente de las principales instituciones de su país. El mundo islámico se debate entre la modernidad de las primaveras, la Edad Media del E.I, y los gobiernos dictatoriales de sus estados ricos en pretoleo. El Papa Francisco pone de manifiesto cosas y hechos que la Iglesia a ocultado durante siglos y pide su regeneración. El capitalismo sigue adelante, contra viento y marea, dejando por el camino los deshechos de los que no tienen la capacidad de adaptarse a unas situaciones que cambian cada día. La socialdemocracia se está diluyendo sin encontrar respuesta a las nuevas situaciones. El conflicto palestino-israelí no tiene fin. Continuamente salen a la luz, como por arte de magia, las corrupciones ante las que, hace poco tiempo, hacíamos la vista gorda; quizás, porque creíamos que "algo nos caería" de todo eso. La deuda de la mayor parte de los países es tan enorme que parece imposible que pueda ser pagada. Las diferencias sociales aumentan en el mundo. Los ciudadanos de los países pobres y en guerra, intentan, por lo civil o por lo criminal, asaltar las fronteras de los países ricos...Ante este panorama ¿Como nos puede sorprender que aparezcan por doquier "salvadores" y "profetas" que nos ofrecen soluciones cuasi mágicas? Las hay de extrema derecha, de extrema izquierda, de abajo a arriba, transversales... Todo el mundo trata de salvar su culo y su parcela ¿Nadie tiene la capacidad de convocar a todos a sentarse un rato a proponer soluciones globales (ahora que la palabra está tan de moda) y sensatas, que permitan que conflictos que se arrastran desde hace décadas tengan una solución razonable y plantear un futuro más "amable"?

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