Hasta la llegada de Mr.
Brown, dediqué las tardes a visitar la ciudad. Había pasado un mes desde mi llegada
a Atlanta sin poder hacer otra cosa que empaparme de toda la documentación que
me proporcionó Mr. Hince. Aprovecharía estas tardes y, en el fin de semana, iré
a ver un partido de football Americano.
Me sorprendió el down
town, su arquitectura era ultra moderna: enormes edificios, sede muchos de
ellos de algunas de las empresas mayores del mundo, donde predominan el acero y
el cristal, comunicados por amplias autovías que se entrelazan a diferentes
niveles… Es una de las áreas del sur de los Estados Unidos que más han evolucionado
después de la terminación de la guerra de secesión, y Atlanta se ha convertido
en una de las ciudades del mundo con mayor desarrollo económico en los últimos
tiempos.
El football americano
me defraudó sobremanera: interminable, con continuos cortes…de las casi tres
horas que duró el partido, no hubo más de media hora de juego real. Entendí la
necesidad de las patatas fritas, la cerveza, la música, las majorettes…, sin
todo ello, aquel, hubiera sido un espectáculo insufrible.
La llegada de Mr. Brown
produjo un cierto revuelo en la compañía. Se sucedieron las reuniones entre
directivos y estuve tres días sin tener contacto con nadie. Mr. Hince estaba
desaparecido, continuamente reunido con Mr. Brown, según me dijo Rennée. Yo
estaba cada vez más inquieto, sin parar de leer las documentaciones sobre
proyectos, productos… ¿por dónde me vendrían los tiros?
Por fin apareció Mr.
Brown. Entró en mi despacho sin llamar y me abordó directamente ― ¿Qué tal Mr.
Ramos, como le va en nuestra ciudad? Perdone que no haya podido hablar antes
con usted, ya sabe, cada día aparecen nuevos problemas, bueno, oportunidades…―
dijo riendo ― Hemos estado discutiendo sobre la conveniencia de iniciar algunos
nuevos proyectos, Este mundo es cada vez más dinámico y no podemos dejar las oportunidades
de negocio a los competidores. O comes, o te comen. Es mucho lo que nos jugamos
en cada decisión.
― Entiendo, Mr. Brown,
no se preocupe. Tampoco he tenido mucho tiempo para para aburrirme. Mr. Hince
no ha dejado de proporcionarme información sobre la compañía y los proyectos y
todavía estoy asimilándola. La ciudad me ha parecido muy moderna, me ha
sorprendido gratamente…
No me dejó continuar,
de inmediato entró en materia.
― Si, sobre eso quería
hablar con usted. Hay un proyecto nuevo que requiere la incorporación de nuevos
recursos. Ya sé que su estancia aquí estaba prevista para dos meses, pero sería
muy conveniente que se incorporase a él de inmediato. Trabajaría usted aquí
hasta que el proyecto estuviese acabado.
La petición me dejó
noqueado. Me esperaba cualquier cosa, menos esta urgencia. Como iba a decidir
algo tan importante en segundos…
― No sé, Mr. Brown. No
esperaba una propuesta tan imperativa; mi familia, mis planes personales en mi
país… ¿En qué tipo de proyecto tendría que trabajar? ¿Cuánto tiempo de
desarrollo se estima para el proyecto?
― Este no es un mundo
para pusilánimes Mr. Ramos. Usted ha decidido firmar un contrato con nosotros
de total disponibilidad y la compañía ha invertido ya mucho en usted porque
creemos que su experiencia y conocimientos nos serán útiles y que su compromiso
con nosotros es real. De los problemas que la situación pueda generar a su
familia ya hablaremos, pero necesitamos una respuesta rápida. El tiempo es el
recurso más escaso. En cuanto al tipo de proyecto sería en el campo de la
Inteligencia Artificial. Trabajaría en uno de los equipos de Mr. Hince. Él le
dará los detalles. Parece que está muy satisfecho con usted y ha sido él quien
ha hecho la propuesta para que se incorpore al proyecto.
Mr. Brown salió del
despacho dejándome en un mar de dudas: “¿cómo planteo a Paula la situación?
Tenemos planes de vida en común, pero, ¿aceptará aplazarlos? ¿Estaría dispuesta
a dejar su carrera para venirse aquí? ¿Por cuánto tiempo? ¿Debería continuar
aquí una vez acabado este proyecto? O, visto de otro modo ¿Estoy dispuesto a
abandonar la que puede ser la mejor oportunidad profesional de mi vida? No le
puedo plantear a Paula todas estas dudas…; tengo que hablar con Mr. Hince para
que me clarifique más la situación”. Pediré a Renée para que me consiga una
reunión con Mr. Hince.
Mr. Hince no me hizo
esperar mucho y me recibió sonriente ― Hola Mr. Ramos, ya tenía previsto
recibirlo, una vez que Mr. Brown le ha puesto en antecedentes. ¿Tiene algo que
plantearme en particular?...
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