Llegué a mi destino ya
de noche, sin más retrasos que los producidos en los consabidos controles
aduaneros de los Estados Unidos. En el aeropuerto, mientras recogía el coche
que me tenía reservado la compañía, el calor bochornoso y algunos relámpagos,
presagiaban una tormenta que se desencadenó no más subí al coche. No era el
ambiente más propicio para conducir en un lugar desconocido, dado que el hotel
estaba situado fuera del Down Town, tras salir de la autopista en un par de
ocasiones por el lugar incorrecto, el GPS del coche me dirigió hasta el hotel.
Realicé el registro y me tiré a la cama sin cenar. A la mañana siguiente
debería madrugar para presentarme a la compañía.
Con la información que
llevaba de su situación y la ayuda del GPS no me fue difícil encontrarla. En
cuanto pregunté por Rennée, ella apareció a los pocos minutos, me dio la
bienvenida y me acompañó hasta la tercera planta. Allí me presentó a Mr. Hince,
el director de la división de inteligencia artificial. ― Le dejo en sus manos―
me dijo ― Con él tendrá que trabajar los próximos días. Le deseo una feliz
estancia en nuestra ciudad.
Mr. Hince era un tipo
amable, algo entrado en carnes, rubio, no muy alto y de una edad poco mayor que
la mía. ― Tengo órdenes de Mr. Brown de mostrarle el trabajo que hacemos en
nuestra división ― comenzó ―. Como según su informe, usted ya tiene una amplia
experiencia en este campo, no me voy a extender en detalles. Solo advertirle
que, de acuerdo con la cláusula de estricta confidencialidad de su contrato, no
puede hacer ningún comentario fuera de la compañía de las investigaciones que
estamos llevando a cabo. Acompáñeme, por favor.
Tras caminar durante un
par de minutos por un pasillo y bajar hasta la planta -2 en un ascensor para
cuyo acceso era necesario utilizar una tarjeta personal, a la salida, me
encontré con una sala inmensa en la que vi la mejor exposición de robots que
nunca había imaginado: para montaje de vehículos de automoción, para
aplicaciones quirúrgicas de precisión, drones para aplicaciones civiles y
militares, robots industriales adaptativos capaces de realizar tareas distintas
en una cadena de producción, todo aquello en lo que siempre había deseado
trabajar…
― Bueno ―oí que me
decía Mr Hince ―, no se entretenga demasiado con estos ejemplos. En realidad,
su tecnología ya no tiene demasiado interés para nosotros, aunque seguimos
perfeccionándolos ya que continúan proporcionándonos unos interesantes
beneficios económicos, pero estamos investigando en otros temas que
consideramos de futuro. ― Mientras decía esto, salimos de aquel lugar y tras
caminar algunos metros, abrió una nueva puerta que nos llevó a una segunda sala.
En esta sala el
panorama era diferente, grupos de personas trabajaban con potentes ordenadores,
diseñando elementos que, en algunos casos, se estaban representando en
impresoras 3D.
― Estos equipos de
personas ― dijo Mr. Hince ―, tienen como objetivo convertir ideas en valor,
trabajan en lo que llamamos un sistema de innovación sistemática, algo que
requiere una combinación de actitud, método, y un sistema de métricas fiable. Probablemente,
usted formará parte de uno de estos grupos. La innovación tecnológica, ligada a
la reinvención de los procesos de producción, tecnologías de análisis de datos,
simulación, nuevos materiales e impresión 3D, cambiarán significativamente los
procesos de producción industrial que serán impulsados en el futuro por la
combinación de las tecnologías informáticas e industriales. La mayoría de los
desarrollos que ha visto en la sala anterior, han salido de las ideas surgidas
en estos grupos de trabajo...
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