domingo, 25 de octubre de 2020

La manta religiosa

 


Soy una manta religiosa ¿Cómo he llegado a esta situación? A nadie de mi familia le había pasado antes. Mi madre, una manta zamorana, siempre dispuesta a dar calor suave y acogedor a toda la familia. Mi padre, una recia manta palentina, especializada en proteger pastores bajo la lluvia y el frío en las crudas noches de invierno. Incluso mis primas, que han venido de Sudamérica con sus alegres colorines y que me dicen que son "ponchos" — nunca había oído esa palabra antes de conocerlas a ellas —, y yo, mírame, aquí, abrigando las piernas de esta viejecita que todas las tardes reza sobre mí el rosario. De tanto rozarme una y otra vez con las cuentas, me he aprendido de memoria todos los misterios. Cuando estoy sola, rezo y rezo por la viejecita ¿Dónde me llevarán cuando mi amiga deje de rezar el rosario sobre mí?


LA NIEBLA, COMO UNA MANTA, NOS ENVUELVE y EL TOQUE DE QUEDA AUMENTA LA SENSACIÓN DE SILENCIO




domingo, 11 de octubre de 2020

El abismo

No puedo ocultar mi preocupación por la situación de tensión que se ha instaurado en nuestro país. No ya entre nuestra nefasta clase política, que ya está descontada y donde parece que se encuentra como pez en poca agua, es decir, en el barro; lo que realmente me preocupa, es que esta tensión también se ha instaurado entre la ciudadanía, inducida por la cantidad de mentiras, llamadas ahora fake news, medias verdades disfrazadas de lagarteranas y realidades negativas, las que, por cierto, abundan. Sobre todo en las redes sociales, que están siendo profusamente utilizadas por unos y por otros para conseguir sus respectivos objetivos.

Cada bando ha encontrado su chivo expiatorio y ya no se razona nada, todo se reduce a atacarlo sin utilizar razones; solo emociones, ideas desenterradas de las noches de los tiempos y resentimientos históricos que solo pretenden acabar con el contrario sin ofrecer ni una sola alternativa que sirva para mejorar la situación. Es una guerra de exterminio. De esta manera, hemos llegado a una situación en la que, si alguien no ataca frontalmente al gobierno, es tachado de comunista y, al contrario, si alguien no ataca frontalmente a la derecha, es tachado, inmediatamente, de "facha"...Lo siento, pero me resisto a que me encasillen en ninguno de los bandos. Un país así no me gusta. Esta situación solo nos puede llevar al abismo.

            ¡¡Prefiero refugiarme en este paisaje, más bucólico, de la Presa del Villar!!