El famoso máster de la Presidenta de la Comunidad de Madrid ha puesto sobre la mesa muchas situaciones incómodas, algunas de las cuales no eran, por desgracia, imprevisibles. Las más desgraciadas son las que afectan a la Universidad, lo digo, en general, aunque no afectará de igual manera a cada una de las universidades individualmente consideradas.
La implantación del Plan Bolonia trajo consigo, excepto para Medicina y Arquitectura, que siguieron teniendo contenidos regulados, una devaluación de las antiguas carreras. De una manera consciente, o no, supongo que lo primero, se llevó al espíritu de la gente la idea de que, o se contaba, adicionalmente a los grados, con media docena de másteres, o no iba a ser posible acceder a un trabajo decente. La experiencia está demostrando que, con ellos, tampoco existe esa garantía, pero, esa idea, ha lanzado a los jóvenes españoles, no sé si a los de otros países, a la caza y captura de esos maravillosos títulos.
Era evidente desde un principio que ese planteamiento iba a conducir a crear un espacio de negocio para cubrir esa demanda; es más, también se creó una oferta, casi infinita, de titulaciones lo más rimbombantes posible para atraer a esos jóvenes. Este negocio era evidente para las universidades privadas, pero, también las públicas, cayeron en esa misma tentación. Es fácil ver por qué: Es una gran oportunidad para conseguir mayores ingresos de los que todas andan escasas. Con mayor razón cuando los ingresos de dinero público se han ido recortando año tras año, por razón, dicen, de la crisis económica.
Ante esta superabundancia de títulos ¿quien se resiste a no tener alguno? Aquí entran algunos de nuestros políticos, que si bien siempre, históricamente, se han visto tentados de "retocar" sus curriculums adornándose de estudios y títulos que no tenían, ahora han visto la posibilidad de "comprarlos" de una manera casi "legal"¿Tendrá esto que ver con un cierto complejo de inferioridad?
¿Serán, aunque sea de una manera vaga, conscientes de sus carencias?
jueves, 19 de abril de 2018
jueves, 5 de abril de 2018
Inteligencia artificial VI
En pocas palabras,
intenté explicarle todas mis dudas y los problemas que me había planteado, en
lo personal, la propuesta de Mr. Brown.
― Entiendo Mr. Ramos.
En cuanto al proyecto le diré que es el más ambicioso que hemos abordado, ahora
le explicaré en que consiste. El tiempo de desarrollo es difícil de estimar,
pero no esperamos tener los primeros resultados en menos de cinco años. Durante
todo el tiempo que dure el proyecto, deberá vivir aquí, salvo los cortos
periodos de vacaciones que podrá pasar en su país, y no le puedo garantizar que,
en ese tiempo, el proyecto, o su intervención en él, hayan concluido. Tenga en cuenta todo
esto para tomar sus decisiones. Respecto al proyecto, como ya le he dicho, es
muy ambicioso: se trata de desarrollar agentes inteligentes, conjuntos de
objetos, máquinas y software, capaces de funcionar sin la intervención de
humanos una vez programados. En un segundo paso, estos agentes “aprenderán” a
mejorar su funcionamiento a través de la experiencia y la repetición de acciones
y serán capaces de “tomar decisiones”, eligiendo la mejor acción entre varias
posibles. En una tercera etapa deberán ser capaces de programar a otros agentes
o de auto-programarse. Estoy seguro de que le gustará el trabajo. En él, podrá
desarrollar todos sus conocimientos y experiencias anteriores.
La conversación con
Paula fue tormentosa. No aceptó ninguna opción. Tampoco yo esperaba otra cosa.
― ¡O abandonas esa
empresa de negreros y vuelves de inmediato, o te olvidas de mí! ¿Sabes? Me han
hecho socia del estudio de arquitectura y no estoy dispuesta a dejar mi carrera
para ir a aburrirme a los Estados Unidos, mientras pierdes tu vida en un
laboratorio diseñando maquinitas. Ni lo sueñes ― me dijo.
***
“Han pasado más de cinco
años. Mr. Brown hace tres años que sustituyó a Mr. Hince en la dirección del
proyecto, que se está desarrollado bajo los parámetros previstos, aunque aún
no ha terminado ― estos proyectos nunca terminan
―. Algunos agentes han conseguido suplantar a humanos en actividades y
actitudes y son capaces de desarrollar relaciones afectivas y establecer grupos
afines, pero también observo como se establecen rechazos entre estos grupos y aparecen
conatos de enfrentamiento, reacciones violentas que me preocupan. Hemos
conseguido los primeros agentes auto programados que aparentan ser más
“inteligentes” que los primitivos. Se están imponiendo a ellos y convirtiéndose
en sus jefes…”
“¿Cuánto tiempo hace
que no he vuelto a mi país ni tomado vacaciones? ¿Estaré perdiendo mi vida en
el laboratorio, como me vaticinó Paula…? ¡Paula! Hace mucho tiempo que no sé de
ella. Su trabajo sí habrá sido útil a los seres humanos, pero no sé si puedo yo
decir lo mismo del mío. Es cierto que he colaborado a producir algo que era
impensable cuando llegué aquí, pero he perdido el contacto con el mundo de los
míos, con mi país, con mi vida anterior... Tengo la sensación de que los
agentes acabarán fagocitando mi cerebro, como lo hicieron con el de Mr. Hince”.
domingo, 1 de abril de 2018
Inteligencia artificial V
Hasta la llegada de Mr.
Brown, dediqué las tardes a visitar la ciudad. Había pasado un mes desde mi llegada
a Atlanta sin poder hacer otra cosa que empaparme de toda la documentación que
me proporcionó Mr. Hince. Aprovecharía estas tardes y, en el fin de semana, iré
a ver un partido de football Americano.
Me sorprendió el down
town, su arquitectura era ultra moderna: enormes edificios, sede muchos de
ellos de algunas de las empresas mayores del mundo, donde predominan el acero y
el cristal, comunicados por amplias autovías que se entrelazan a diferentes
niveles… Es una de las áreas del sur de los Estados Unidos que más han evolucionado
después de la terminación de la guerra de secesión, y Atlanta se ha convertido
en una de las ciudades del mundo con mayor desarrollo económico en los últimos
tiempos.
El football americano
me defraudó sobremanera: interminable, con continuos cortes…de las casi tres
horas que duró el partido, no hubo más de media hora de juego real. Entendí la
necesidad de las patatas fritas, la cerveza, la música, las majorettes…, sin
todo ello, aquel, hubiera sido un espectáculo insufrible.
La llegada de Mr. Brown
produjo un cierto revuelo en la compañía. Se sucedieron las reuniones entre
directivos y estuve tres días sin tener contacto con nadie. Mr. Hince estaba
desaparecido, continuamente reunido con Mr. Brown, según me dijo Rennée. Yo
estaba cada vez más inquieto, sin parar de leer las documentaciones sobre
proyectos, productos… ¿por dónde me vendrían los tiros?
Por fin apareció Mr.
Brown. Entró en mi despacho sin llamar y me abordó directamente ― ¿Qué tal Mr.
Ramos, como le va en nuestra ciudad? Perdone que no haya podido hablar antes
con usted, ya sabe, cada día aparecen nuevos problemas, bueno, oportunidades…―
dijo riendo ― Hemos estado discutiendo sobre la conveniencia de iniciar algunos
nuevos proyectos, Este mundo es cada vez más dinámico y no podemos dejar las oportunidades
de negocio a los competidores. O comes, o te comen. Es mucho lo que nos jugamos
en cada decisión.
― Entiendo, Mr. Brown,
no se preocupe. Tampoco he tenido mucho tiempo para para aburrirme. Mr. Hince
no ha dejado de proporcionarme información sobre la compañía y los proyectos y
todavía estoy asimilándola. La ciudad me ha parecido muy moderna, me ha
sorprendido gratamente…
No me dejó continuar,
de inmediato entró en materia.
― Si, sobre eso quería
hablar con usted. Hay un proyecto nuevo que requiere la incorporación de nuevos
recursos. Ya sé que su estancia aquí estaba prevista para dos meses, pero sería
muy conveniente que se incorporase a él de inmediato. Trabajaría usted aquí
hasta que el proyecto estuviese acabado.
La petición me dejó
noqueado. Me esperaba cualquier cosa, menos esta urgencia. Como iba a decidir
algo tan importante en segundos…
― No sé, Mr. Brown. No
esperaba una propuesta tan imperativa; mi familia, mis planes personales en mi
país… ¿En qué tipo de proyecto tendría que trabajar? ¿Cuánto tiempo de
desarrollo se estima para el proyecto?
― Este no es un mundo
para pusilánimes Mr. Ramos. Usted ha decidido firmar un contrato con nosotros
de total disponibilidad y la compañía ha invertido ya mucho en usted porque
creemos que su experiencia y conocimientos nos serán útiles y que su compromiso
con nosotros es real. De los problemas que la situación pueda generar a su
familia ya hablaremos, pero necesitamos una respuesta rápida. El tiempo es el
recurso más escaso. En cuanto al tipo de proyecto sería en el campo de la
Inteligencia Artificial. Trabajaría en uno de los equipos de Mr. Hince. Él le
dará los detalles. Parece que está muy satisfecho con usted y ha sido él quien
ha hecho la propuesta para que se incorpore al proyecto.
Mr. Brown salió del
despacho dejándome en un mar de dudas: “¿cómo planteo a Paula la situación?
Tenemos planes de vida en común, pero, ¿aceptará aplazarlos? ¿Estaría dispuesta
a dejar su carrera para venirse aquí? ¿Por cuánto tiempo? ¿Debería continuar
aquí una vez acabado este proyecto? O, visto de otro modo ¿Estoy dispuesto a
abandonar la que puede ser la mejor oportunidad profesional de mi vida? No le
puedo plantear a Paula todas estas dudas…; tengo que hablar con Mr. Hince para
que me clarifique más la situación”. Pediré a Renée para que me consiga una
reunión con Mr. Hince.
Mr. Hince no me hizo
esperar mucho y me recibió sonriente ― Hola Mr. Ramos, ya tenía previsto
recibirlo, una vez que Mr. Brown le ha puesto en antecedentes. ¿Tiene algo que
plantearme en particular?...
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