Era la más chula. Azote de los infieles, nadie, como
ella, contenía las mejores esencias ni representaba mejor los valores patrios. Siempre
adulada por los suyos, criticaba sin piedad a sus oponentes: ineptos, falsos, corruptos
y con ideas caducas… Un día, también los suyos empezaron a desaparecer atacados
por los mismos vicios. Ella puso cara de sorpresa: ¡Aquello no era posible! ¡La
habían engañado! ¡Ella era inocente!... Finalmente, sola, también ella desapareció.