domingo, 1 de abril de 2018

Inteligencia artificial V


Hasta la llegada de Mr. Brown, dediqué las tardes a visitar la ciudad. Había pasado un mes desde mi llegada a Atlanta sin poder hacer otra cosa que empaparme de toda la documentación que me proporcionó Mr. Hince. Aprovecharía estas tardes y, en el fin de semana, iré a ver un partido de football Americano.
Me sorprendió el down town, su arquitectura era ultra moderna: enormes edificios, sede muchos de ellos de algunas de las empresas mayores del mundo, donde predominan el acero y el cristal, comunicados por amplias autovías que se entrelazan a diferentes niveles… Es una de las áreas del sur de los Estados Unidos que más han evolucionado después de la terminación de la guerra de secesión, y Atlanta se ha convertido en una de las ciudades del mundo con mayor desarrollo económico en los últimos tiempos.
El football americano me defraudó sobremanera: interminable, con continuos cortes…de las casi tres horas que duró el partido, no hubo más de media hora de juego real. Entendí la necesidad de las patatas fritas, la cerveza, la música, las majorettes…, sin todo ello, aquel, hubiera sido un espectáculo insufrible.
La llegada de Mr. Brown produjo un cierto revuelo en la compañía. Se sucedieron las reuniones entre directivos y estuve tres días sin tener contacto con nadie. Mr. Hince estaba desaparecido, continuamente reunido con Mr. Brown, según me dijo Rennée. Yo estaba cada vez más inquieto, sin parar de leer las documentaciones sobre proyectos, productos… ¿por dónde me vendrían los tiros?
Por fin apareció Mr. Brown. Entró en mi despacho sin llamar y me abordó directamente ― ¿Qué tal Mr. Ramos, como le va en nuestra ciudad? Perdone que no haya podido hablar antes con usted, ya sabe, cada día aparecen nuevos problemas, bueno, oportunidades…― dijo riendo ― Hemos estado discutiendo sobre la conveniencia de iniciar algunos nuevos proyectos, Este mundo es cada vez más dinámico y no podemos dejar las oportunidades de negocio a los competidores. O comes, o te comen. Es mucho lo que nos jugamos en cada decisión.
― Entiendo, Mr. Brown, no se preocupe. Tampoco he tenido mucho tiempo para para aburrirme. Mr. Hince no ha dejado de proporcionarme información sobre la compañía y los proyectos y todavía estoy asimilándola. La ciudad me ha parecido muy moderna, me ha sorprendido gratamente…
No me dejó continuar, de inmediato entró en materia.
― Si, sobre eso quería hablar con usted. Hay un proyecto nuevo que requiere la incorporación de nuevos recursos. Ya sé que su estancia aquí estaba prevista para dos meses, pero sería muy conveniente que se incorporase a él de inmediato. Trabajaría usted aquí hasta que el proyecto estuviese acabado.
La petición me dejó noqueado. Me esperaba cualquier cosa, menos esta urgencia. Como iba a decidir algo tan importante en segundos…
― No sé, Mr. Brown. No esperaba una propuesta tan imperativa; mi familia, mis planes personales en mi país… ¿En qué tipo de proyecto tendría que trabajar? ¿Cuánto tiempo de desarrollo se estima para el proyecto?
― Este no es un mundo para pusilánimes Mr. Ramos. Usted ha decidido firmar un contrato con nosotros de total disponibilidad y la compañía ha invertido ya mucho en usted porque creemos que su experiencia y conocimientos nos serán útiles y que su compromiso con nosotros es real. De los problemas que la situación pueda generar a su familia ya hablaremos, pero necesitamos una respuesta rápida. El tiempo es el recurso más escaso. En cuanto al tipo de proyecto sería en el campo de la Inteligencia Artificial. Trabajaría en uno de los equipos de Mr. Hince. Él le dará los detalles. Parece que está muy satisfecho con usted y ha sido él quien ha hecho la propuesta para que se incorpore al proyecto.
Mr. Brown salió del despacho dejándome en un mar de dudas: “¿cómo planteo a Paula la situación? Tenemos planes de vida en común, pero, ¿aceptará aplazarlos? ¿Estaría dispuesta a dejar su carrera para venirse aquí? ¿Por cuánto tiempo? ¿Debería continuar aquí una vez acabado este proyecto? O, visto de otro modo ¿Estoy dispuesto a abandonar la que puede ser la mejor oportunidad profesional de mi vida? No le puedo plantear a Paula todas estas dudas…; tengo que hablar con Mr. Hince para que me clarifique más la situación”. Pediré a Renée para que me consiga una reunión con Mr. Hince.

Mr. Hince no me hizo esperar mucho y me recibió sonriente ― Hola Mr. Ramos, ya tenía previsto recibirlo, una vez que Mr. Brown le ha puesto en antecedentes. ¿Tiene algo que plantearme en particular?...

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