En pocas palabras,
intenté explicarle todas mis dudas y los problemas que me había planteado, en
lo personal, la propuesta de Mr. Brown.
― Entiendo Mr. Ramos.
En cuanto al proyecto le diré que es el más ambicioso que hemos abordado, ahora
le explicaré en que consiste. El tiempo de desarrollo es difícil de estimar,
pero no esperamos tener los primeros resultados en menos de cinco años. Durante
todo el tiempo que dure el proyecto, deberá vivir aquí, salvo los cortos
periodos de vacaciones que podrá pasar en su país, y no le puedo garantizar que,
en ese tiempo, el proyecto, o su intervención en él, hayan concluido. Tenga en cuenta todo
esto para tomar sus decisiones. Respecto al proyecto, como ya le he dicho, es
muy ambicioso: se trata de desarrollar agentes inteligentes, conjuntos de
objetos, máquinas y software, capaces de funcionar sin la intervención de
humanos una vez programados. En un segundo paso, estos agentes “aprenderán” a
mejorar su funcionamiento a través de la experiencia y la repetición de acciones
y serán capaces de “tomar decisiones”, eligiendo la mejor acción entre varias
posibles. En una tercera etapa deberán ser capaces de programar a otros agentes
o de auto-programarse. Estoy seguro de que le gustará el trabajo. En él, podrá
desarrollar todos sus conocimientos y experiencias anteriores.
La conversación con
Paula fue tormentosa. No aceptó ninguna opción. Tampoco yo esperaba otra cosa.
― ¡O abandonas esa
empresa de negreros y vuelves de inmediato, o te olvidas de mí! ¿Sabes? Me han
hecho socia del estudio de arquitectura y no estoy dispuesta a dejar mi carrera
para ir a aburrirme a los Estados Unidos, mientras pierdes tu vida en un
laboratorio diseñando maquinitas. Ni lo sueñes ― me dijo.
***
“Han pasado más de cinco
años. Mr. Brown hace tres años que sustituyó a Mr. Hince en la dirección del
proyecto, que se está desarrollado bajo los parámetros previstos, aunque aún
no ha terminado ― estos proyectos nunca terminan
―. Algunos agentes han conseguido suplantar a humanos en actividades y
actitudes y son capaces de desarrollar relaciones afectivas y establecer grupos
afines, pero también observo como se establecen rechazos entre estos grupos y aparecen
conatos de enfrentamiento, reacciones violentas que me preocupan. Hemos
conseguido los primeros agentes auto programados que aparentan ser más
“inteligentes” que los primitivos. Se están imponiendo a ellos y convirtiéndose
en sus jefes…”
“¿Cuánto tiempo hace
que no he vuelto a mi país ni tomado vacaciones? ¿Estaré perdiendo mi vida en
el laboratorio, como me vaticinó Paula…? ¡Paula! Hace mucho tiempo que no sé de
ella. Su trabajo sí habrá sido útil a los seres humanos, pero no sé si puedo yo
decir lo mismo del mío. Es cierto que he colaborado a producir algo que era
impensable cuando llegué aquí, pero he perdido el contacto con el mundo de los
míos, con mi país, con mi vida anterior... Tengo la sensación de que los
agentes acabarán fagocitando mi cerebro, como lo hicieron con el de Mr. Hince”.
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