Fue por poco tiempo; ya hacía más de dos años que había muerto mi padre
y la radio salió definitivamente de su lugar de encierro y pasó a ocupar su
lugar en mi mesilla de noche. Era tan grande que no cabía nada más en ella.
Cualquier cosa que fuese necesaria, tenía que descansar sobre la radio. Aquel
aparato cambió absolutamente la visión del mundo que me rodeaba y se convirtió
en mi mejor compañía.
Radio Madrid
empezaba sus emisiones a las nueve de la mañana, cuando yo me despertaba, y
terminaba a las doce de la noche, cuando me dormía, desde ese momento me
convertí en un SER adicto. Radio Madrid empezaba dando las noticias de los
mercados ¿Qué me importaban a mí los precios de las lechugas, los rábanos y el
pollo? Daba igual, me lo tragaba todo.
Después iba un
programa que tuvo un gran éxito durante años, “Conozca a sus vecinos”. Lo
presentaba “Ferman”, que se hizo famoso con aquel programa. Era increíble ver
la cantidad de aficionados que creían ser grandes cantaores, en aquel tiempo de
copla o de flamenco ─ la música extranjera estaba casi prohibida─. Cantaban por el teléfono a los sones del piano del Maestro
Nicolás. A muchos les resultaba
imposible acompasarse con el piano y prefería cantar “a capella”. Otros lo
conseguían, a duras penas, después de varios intentos.
Las voces se
distorsionaban, se acoplaban con la radio; la mayoría de los aspirantes a
estrellas desafinaban como gallinas pero eran inasequibles al desaliento. Un
día tras otro se empeñaban en imitar a los ídolos del momento: Juanito
Valderrama, Estrellita Castro, Lola Flores, Mari Fe de Triana, Antonio Mairena,
Angelillo, Antonio Molina…Cantaban desde sus casas, desde talleres de modistas…
Supongo que todos soñaban con salir de la miseria asombrando a alguien que les
descubriera como una nueva figura de la canción. Gloria y yo, nos divertíamos
mucho oyéndoles desafinar y apostando sobre quién de ellos ganaría ese día y
llegaría a la final semanal.
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