En mi ya lejana infancia, una de mis mayores aficiones aficiones era la de leer tebeos, comics, que llamamos ahora. Los había de varias clases, particularmente dos: aventuras y, pudiéramos decir, de temas variados. Uno de estos, el DDT, tenía una sección titulada "Diálogos para besugos" estos diálogos empezaban siempre con el mismo saludo: ¡Buenos días! ¡Buenas Tardes! el dialogo seguía con el mismo con frases del mismo jaez: ¿donde vas? ¿manzanas traigo?...
Últimamente me viene a la mente esa sección, sobre todo, cuando oigo o veo partes de las sesiones de control al gobierno que se celebran en el Congreso de los diputados cada semana, tienen el mismo desarrollo; en particular cuando intervienen el presidente de la oposición y el presidente del gobierno; los demás, después, siguen, más o menos el mismo guión:
Una pregunta que ya contiene un ataque, seguido de otros varios y, una respuesta, que no tiene que ver con la pregunta anterior, seguida de otros ataques al contrario. Este esquema se suele repetir con cada uno de los intervinientes del arco parlamentario. Todo esto adornado con frases, generalmente "ridículo-chistosas" que son celebradas con risas y aplausos por las correspondientes mesnadas de cada uno de los intervinientes... ¿no se darán cuenta del ridículo que hacen? ¿del ínfimo nivel político, cultural y educativo que muestran? ¿que pretenden conseguir con esa política, mejor dicho, mala política, que no sea la desafección de la ciudadanía, aunque creo que lo que persiguen lo contrario, su radicalización...?
Lo peor del caso es que, este esquema, se repite en cada programa donde intervienen los llamados "contertúlios" generalmente periodistas y políticos que, convirtiéndose en la "voz de su amo", cada uno del suyo, se dedican a atacarse entre ellos defendiendo, en muchas ocasiones, lo indefendible, tapándose la palabra unos a otros, en una demostración de mala educación que hace imposible a los espectadores enterarse de nada y haciendo que muchos ciudadanos abandonen estos programas,
Por este camino, sin llegar a ningún acuerdo, en el empecinamiento del no por el no, a la pelea por conseguir o permanecer en el poder, vamos al precipicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario