domingo, 10 de mayo de 2020

La coherencia...La demagogia...

El día 26 de marzo, publiqué un comentario en este mismo blog, titulado "El virus", en el que entre otras cosas, hacía referencia a las consecuencias, de distinto tipo, que preveía iba a tener la Pandemia del Covid-19 que se había declarado. Una de ellas, era la sensación que tenía de estar viviendo "al filo de la navaja" y que ante cualquier incidente, más o menos importante, quedaban al descubierto los fallos de las estructuras económicas sobre las que descansa el llamado Estado del bienestar. Es evidente que tanto a nivel nacional, como europeo e incluso mundial, todo eso se ha puesto de manifiesto y las previsiones de futuro económico, aún siendo todavía indefinidas, son duras y las soluciones para muchos países, incluida España, se ven a muy largo plazo. En nuestro caso, se dice que, hasta el año 2030 no alcanzaremos la situación del 2019, que tampoco era como para tirar cohetes. Todo esto a costa de grandes sacrificios.

En este campo económico, centrándonos en España, el gobierno está haciendo grandes esfuerzos para minimizar los efectos sobre la ciudadanía en el corto plazo: ertes, renta básica y otras subvenciones para tratar de parar el golpe. Desgraciadamente, esta situación se produce en un momento en el que nuestra deuda pública está en más de un billón de €, en otras palabras, el PIB de todo un año y la previsión es que aumente, por esta circunstancia, hasta 115% de dicho PIB ¿Hasta cuando podremos soportar esta situación? ¿Hasta cuando nos lo permitirán en la U.E.? Yo decía en el anterior comentario que: "hasta que alguien, que no sabemos quien será, ni donde estará, un día se levante de mal humor, diga ¡basta! y cierre el grifo." ¿Estaremos dispuestos a acometer esta situación con coherencia, o seguiremos haciendo uso de la demagogia?

A principio de esta semana, se inició la llamada fase 0 del "Desconfinamiento", "Desescalada", o como se nos ocurra llamarla que nos debería llevar hacia la "Nueva normalidad", que puestos a poner nombres no nos para nadie, y de nuevo se evidencia que, insensiblemente, hemos pasado del 0 al infinito. No se respetan las franjas horarias, las mascarillas no existen para mucha gente y el resto de medidas, tampoco. Parece que, como pasó en la crisis económica del 2008, en cuanto se nos pasa un poco el miedo, volvemos a correr, como pollo sin cabeza, en pos del paraíso perdido sin, ni siquiera, volver la cabeza. Está claro que cuesta ver la realidad y preferimos mirar para otro lado.

En este sentido, las presiones que partidos de la oposición están ejerciendo para pasar, cuanto antes, a las siguientes fases de "desconfinamiento" son enormes y, precisamente, por quienes más atacaron al gobierno por haber implementado tarde las medidas de confinamiento y ahora, son los que más presión ejercen para que se levanten ¡YA! esas medidas.

Ni que decir tiene que las organizaciones empresariales, también, y por razones obvias y lógicas lo están haciendo. Tener parada la economía no se puede hacer por mucho tiempo y también presionan en ese sentido. No digamos de las presiones que están  ejerciendo actividades como la del fútbol profesional. Para esta actividad, dada la cantidad de dinero que mueve, los intereses adquiridos con las TV's mundiales, etc, se está haciendo la "vista gorda" por las instituciones para que reinicien su actividad lo antes posible. Todavía no he oído a nadie de los que ejercen esas presiones sobre el Gobierno, ni una palabra en el sentido de asumir algún tipo de responsabilidad si estas prisas nos llevan a un recrudecimiento de la Pandemia. Si eso llegase a pasar, me temo que todos dirían: "Pío, Pío, que yo no he sido" ¿Coherencia o demagogia?

Se está poniendo en marcha la llamada comisión para la Reconstrucción Social y Económica que debería ser un intento para encontrar la vía que sirviese, al menos, para afrontar el futuro inmediato con ideas, propósitos y objetivos que nos permitiesen salir de este gran bache con alguna garantía de futuro, claro que, para eso, los componentes de esa comisión deberían de tener claro que deberían olvidarse de que pertenecen a partidos y que su misión, su obligación, en esta comisión es encontrar y proponer esas soluciones de futuro para que este país, antes llamado España, tenga posibilidades de recuperarse. Permítanme que dadas las muestras que nuestros políticos han dado hasta el momento de disensión, enfrentamiento, odio y animadversión que se profesan puedan llegar a ese grado de entendimiento. En todo caso, no creo que una comisión en el parlamento, compuesta principalmente por políticos sea el vehículo apropiado para alcanzar esas posibles soluciones. Ya conocemos la frase de que: "si quieres que algo no se cambie, nombra una comisión."

Una conversaciones serias, deberían de estar integradas por Economistas, Técnicos multidisciplinares, Científicos, Empresarios, Sindicatos..., naturalmente coordinados por un gobierno que realmente creyese en ese proyecto y estuviese dispuesto a seguir, en todo lo posible, las conclusiones expuestas.

Curiosamente, cuando el Presidente del Gobierno propuso iniciar conversaciones para "Unos nuevos Pactos de la Moncloa", el presidente del PP le puso en bandeja la posibilidad de que esa propuesta durmiese el sueño de los justos al proponer una comisión, lo que me confirma en mi opinión expresada en el comentario del 6 de abril, en este mismo blog, de que esos pactos no se llevarían a cabo porque ninguno de los partidos del arco parlamentario, por diferentes razones, tenían  interés en ellos. Repito de nuevo mi pregunta:

¿Intentaremos alguna vez ser coherentes, o seguiremos inmersos en la demagogia?






1 comentario:

  1. Éste es un comentario de prueba del autor. Me dicen que no se publican los comentarios

    ResponderEliminar