Las elecciones celebradas en Venezuela este fin de semana, no han hecho sino poner de manifiesto la situación de incoherencia e insostenibilidad en que este país está viviendo desde hace muchos años, desde que Hugo Chávez alcanzó la presidencia de ese país, en el año 1999, y más aún, desde su fallecimiento y sustitución, por la persona por él designada para sucederle: Nicolás Maduro.
Por un capricho del destino, en el año 1992, yo me encontraba en Caracas cuando tuvo lugar el segundo intento de golpe de estado que se produjo en Venezuela durante ese año. El primero, había tenido lugar en febrero y, a consecuencia del mismo, Hugo Chávez permanecía en prisión.
En la mañana del último viernes del mes de noviembre, al levantarme de la cama, e ir camino del baño para prepararme a realizar la labor de ese día, casualmente, puse la TV en marcha y me encontré con la sorpresa de ver la imagen de Hugo Chávez pronunciando una soflama, flanqueando por dos o tres "gorilas" armados de grandes fusiles ¿Cómo era aquello posible? ¿No estaba en prisión? Nerviosamente pulsé otros botones del televisor, pero, en todos los canales, aparecía la misma imagen. Indudablemente, pensé, se había producido un golpe de estado.
La realidad era que solo fue un intento, que fracasó en pocas horas; que Chávez seguía en prisión y no tenía relación con el intento, aunque los nuevos golpistas estaban utilizando su imagen, que difundían utilizando un repetidor de televisión que habían conquistado, para apoyar su intento de golpe.
Esa experiencia, junto con otras, vividas allí como en otros lugares, me llevaron a algunas conclusiones. la más importantes es que "en este mundo, nada sucede por casualidad, Cuando algo pasa, es porque se han creado las condiciones para que eso pueda suceder, La pregunta es, si esas condiciones se han creado, conscientemente, o no".
Elementos como Chávez, Maduro, Milei...y otros que han ido apareciendo y despareciendo en el mundo a lo largo del tiempo, es porque sus antecesores en la gobernación de esos países, lo han hecho tan rematadamente mal, que han propiciado la aparición de esos elementos, que, lanzando el discurso que sus conciudadanos quieren oír, les convencen y les llevan "al huerto" de sus propios intereses; sean, o no, capaces; tengan, o no, la intención, de resolver los problemas que la gente, realmente, sufre.
A partir de esa experiencia, decidí escribir una novela: El golpista, que narra la historia de los 10 años transcurridos desde "El caracazo", a la llegada de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela.
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