martes, 29 de abril de 2014

El chico de la hamaca (XXXX)

Había otros programas que me hacían cambiar de emisora: “Ruede la bola” o “El auto de la fortuna” en Radio Intercontinental. La figura allí era Ángel de Echenique y presentaba los dos programas, ambos los domingos. “Ruede la bola” era un programa del estilo del “Conozca a sus vecinos”, pero más a lo grande. Se hacía los domingos por la mañana en un teatro y los artistas noveles cantaban en directo. Las condiciones eran mejores para ellos y había algunos que destacaban. Como en el otro programa, la mayoría de los aspirantes a la fama cantaban canción española; el flamenco y la copla eran el objetivo de todos ellos. En la presentación del programa colaboraba Enrique Maristany.

El programa cumbre de los domingos a las tres de la tarde era “El auto de la fortuna”; lo patrocinaba la “Gaseosa la Casera”. La idea era brillante, se sorteaba un barrio de Madrid, luego se pasaba a sortear una calle. Para entonces, todos los habitantes del barrio y calle ya habían comprado, los que no la tenían ya, una botella de gaseosa. Cuando la caravana de coches de la fortuna llegaba al barrio con Jesús Álvarez, luego gran figura de TVE, en el coche “capitán” que, con el auxilio de una emisora de FM, se comunicaba con Echenique en el estudio, sólo quedaba elegir el nº y el piso del afortunado. Mientras tanto, en el estudio actuaba un artista invitado, habitualmente Pepe Mairena, que cantaba  “La perrita pequinesa”, “Mi ovejita lucera” o “No te cortes la melena”, canciones a cual más estúpida pero que, en el ambiente de la época, tenían  un gran éxito. El programa acababa cuando Jesús Álvarez entraba en la casa elegida y entregaba el premio, que era el máximo si había sobre la mesa una botella de “Gaseosa la Casera” o el de consolación en caso contrario. Un domingo que     “El auto de la fortuna” pasó por mi barrio, la bodeguilla de Juan  vendió toda la gaseosa que tenía.

Radio Intercontinental también tenía un cuadro de actores para seriales: Fernando Forner,  Mª Elena Domenech, María del Puy, Mª de los Ángeles González, Miguel de los Santos, Aurelia Carrascal, Mariano de la Banda y muchos otros hacían un buen grupo y tenían una gran audiencia.


Una vez terminado “el auto de la fortuna”, el siguiente programa que completaba la tarde del domingo era el “Carrusel deportivo” de la SER que dirigía Vicente Marco. No había todavía luz en la mayoría de los estadios y los partidos empezaban a las cuatro o las cinco de la tarde.  Así hasta que llegaban mis tíos, tías, primas y primos y se montaban las partidas de cartas. Algunas de esas tardes, había demasiada gente en casa. Otros, pocos, parecía que todos se ponían de acuerdo para no aparecer.

miércoles, 9 de abril de 2014

El chico de la hamaca (XXXIX)

“Dos Hombres buenos” era una historia totalmente diferente y un tanto anacrónica. Un español, Cesar Guzmán, y un portugués, Joao Silveira, corriendo aventuras en el Oeste americano, interpretados por las estupendas voces de Teófilo Martí y Julio Montijano. Serio y adusto Guzmán, con más sentido del humor Silveira con su “latiguillo”: «cuando diga eso, sonría forastero, así sabré que no lo dice en serio ». Durante la larguísima serie, otros grandes personajes aparecían y desaparecían, como el mejicano González y su frase “Demasiao redondo pa ser huevo”, cuando algo no le parecía claro. Era el mejor rato de la tarde: primero “Dos hombres buenos” y, a continuación, “Diego Valor”.

Más tarde llegaban los grades seriales de Sautier Casaseca: “Lo que nunca muere”,  “Ama Rosa”…Estos me interesaban menos, pero quien estuviese conmigo, Gloria, mi prima Luz,  mi madre… querían oírlos. Las voces protagonistas eran las de Pedro Pablo Ayuso, Matilde Conesa, Juana Ginzo, Eduardo la Cueva, Matilde Vilariño, Alicia Altabella…Grandes voces del cuadro de actores de Radio Madrid. Un día a la semana estaba las historias de “Matilde, Perico y Periquín” que con su vecina doña Asun, montaban grandes líos que siempre acababan con la persecución de Periquín, autor del lío, que se escondía bajo la mesa para escapar de la paliza diciendo «Papá, al niño pupa no, al niño pupa no». Matilde Vilariño hacía una preciosa voz de niño. Su voz era la del niño protagonista en la película “Marcelino pan y vino”, hecha a partir de la novela de José María Sánchez Silva. Tanto la novela como la película, obtuvieron un gran éxito y Pablito Calvo, el niño elegido para interpretar a Marcelino, también. Esto le dio ocasión de interpretar más papeles en otras películas, aunque no fue la carrera de actor su actividad definitiva.

Los sábados por la tarde me lo pasaba bien con el programa que protagonizaba Manuel Bermudez “Boliche”, “Todo para los chicos” y,


Después del diario hablado de las diez de la noche, venían los grandes programas: Los concursos que atraían la atención y la participación de mucha gente. No recuerdo si su emisión era regular, pero había un magnífico programa en el que el cuadro de actores de Radio Madrid desarrollaba toda su profesionalidad: “El Teatro del aire”.  Grandes obras de teatro como “Los intereses creados” o “La malquerida”, eran representadas. Esas noches me quedaba despierto oyendo la radio hasta que acababa la obra. Una que recuerdo especialmente por la gran impresión que me causó fue “Escuadra hacia la muerte”, de Alfonso Sastre.

domingo, 6 de abril de 2014

El chico de la hamaca (XXXVIII)

En mi cabeza, cabía toda la programación, día por día, hora por hora, emisora a emisora: Radio Madrid, Radio España, Radio Intercontinental, Radio Juventud de España... Radio Nacional solo para los diarios hablados, el discurso de fin de año del general Franco y las campanadas del reloj de la Puerta del Sol en Nochevieja.

Oía todos los programas deportivos: en Radio Madrid, Quilates, con su ayudante  Petrita Tamayo que, insospechadamente, se metió monja, y de clausura; Gilera, Carlos Fuertes Peralba y Vicente Marco con su programa “Los jugadores de futbol comentan”, con entrevistas a los futbolistas del Madrid y del Atletico en los vestuarios al acabar los partidos; Pedro Escartín y Rafael Barbosa en Radio España, “Doña Merenguitos y don Tremebundo” en Radio Intercontinental…

 Las noches de los sábados, el programa cumbre era la “Cabalgata fin de semana” con su gran presentador  Bobby Deglané. En el programa había de todo: concursos, actuaciones de cantantes nacionales y extranjeros, sudamericanos sobre todo. Ana María Gonzalez, mejicana, cantaba el “cucurrucucú paloma”; José luís Pecker y Luisa Fernanda Martí presentaban concursos; Joaquín Soler Serrano desde Barcelona, el programa de humor esperpéntico “No pierda usted el juicio” de Tip y Top (Luis Sánchez Polak  y Joaquín Portillo)  las temporadas del argentino Pepe Iglesias “El Zorro” que creaba un montón de personajes con voces diferentes sacadas de su garganta privilegiada. Los seriales infantiles: “Diego Valor”, “Dos Hombres Buenos” y “El Coyote” eran mis favoritos, los dos últimos escritos por el gran José Mallorquí.

Las aventuras en el planeta Venus de Diego Valor, Beatriz Fontana, Miguel Portolés, la Princesa Kyra, los capitanes Hogan  y Laffitte; aliados con Los Artiles y todos luchando contra el Gran Mekong de los Viganes, fue la primera historia de ciencia ficción que conocí. Fue tan grande el éxito que se publicó en tebeos, “cómics” que se diría ahora, y se llegó a representar en teatro lo que, dado el tema de la obra y la escasez de medios técnicos, debió suponer un esfuerzo tremendo. No llegué a verla.