sábado, 27 de julio de 2013

El chico de la hamaca (III)

La bodeguilla de Juan, más conocido por los chicos del barrio como “el tío Remache “, por su corta estatura, apodo que no se correspondía con la gran actividad que desarrollaba en defensa de su negocio y que le hacía estar “al pie del cañón” desde las siete de la mañana en que empezaban a llegar los repartidores de hielo, gaseosas, cervezas, colas y demás artículos, incluido el vino, que eran la base de su actividad, hasta las doce de la noche. A esa hora, sus clientes más trasnochadores iban a comprar la última cerveza o el último cuartillo de vino para la cena, interrumpiendo, muchas veces, la suya propia o impidiéndole ver, en la televisión, a Juanito Valderrama, Porrinas de Badajoz o Lola Flores de los que era un gran entusiasta y que, en aquellos años, eran los protagonistas de los programas musicales de RTVE, como Gran Parada y otros similares.

Un momento de especial conflictividad era la llegada de un camión cisterna cargado de vino que había que transvasar a sus propias cubas mediante una bomba de mano. Aquello exigía el trabajo por turnos de toda la familia, en particular de Herminia, su mujer, montañesa, mucho más grande que él y con una gran fuerza física, hasta que la tarea quedaba terminada.

La peluquería de Raimundo había conocido mejores tiempos, en los que un oficial trabajaba en ella junto con el dueño y que, además, contaba con colaboraciones extra los viernes y sábados; ahora, nada de eso era necesario. Raimundo se bastaba y sobraba para atender a la clientela que llegaba al local.

Era un hombre de buen carácter que solo perdía en algunas ocasiones, normalmente las noches de verano cuando, una vez acabada la jornada de trabajo, empinaba el codo más de lo conveniente y discutía en público con su mujer, Justa, a quien la amistad de su marido con Baco, no hacía nada feliz, mientras la hija de ambos, Luisa, ponía paz de la mejor manera posible...

jueves, 25 de julio de 2013

Frases célebres 5 (Sobre el prestige)

"El problema del prestige está solucionado; el buque está siendo remolcado a aguas portuguesas"
-Alvarez-Cascos-
¿Sabrían los vientos y las mareas de aguas jurisdiccionales? ¿No parece la mejor forma de crear un grave conflicto diplomático? Por mucho menos ha habido guerras.

"Solo salen del casco como unos hilitos de plastilina en estiramiento vertical"
-Mariano Rajoy-

Parece que los "hilitos" se fueron estirando horizontalmente

martes, 23 de julio de 2013

El chico de la hamaca II

Su madre, vigilaba desde el balcón de su casa en la acera de enfrente. Vivía en un continuo sobresalto. Bastaba una nube que asomase en el estrecho horizonte de la calle o que un soplo de viento, algo más fuerte de lo habitual, moviese las hojas de la acacia y la ropa puesta a tender en los balcones y terrazas para que, inmediatamente, recogiese la hamaca y el chico volviese a casa precipitadamente. Había quedado viuda algunos años antes y si su carácter siempre había tendido a ver el lado más negativo de las cosas, ahora, ante la posibilidad de perder a su único hijo, estaba en una posición de permanente alerta; de lucha contra el mundo. Todo parecía estar en un precario equilibrio que podía romperse en cualquier momento.

Las casas de la calle eran viejas, de una o dos plantas. Muchas de ellas escondían, tras las fachadas de ladrillo visto, descolorido y arenoso, patios y escaleras que daban acceso a cuartuchos pequeños, poco ventilados y, a menudo, sin servicios de agua y retrete individuales. Éstos eran comunes a cada patio o corredor, la intimidad no existía y las broncas entre vecinos eran frecuentes.

La calle no era comercial en absoluto. Contaba con la peluquería de Raimundo, modesta, y con la vivienda en la trastienda. El resto del equipamiento comercial lo completaban la bodeguilla de Juan, la tienda de ultramarinos de Matías, una carnicería y un bar. Todos ellos negocios familiares y que se bastaban para cubrir las escasas necesidades de los vecinos, nunca sobrados de dinero. Era normal ver la tienda de ultramarinos llena sólo los sábados por la tarde, cuando los obreros habían cobrado el jornal y sus mujeres compraban el suministro para toda la semana pagando, la mayoría de las veces, lo que se habían llevado la semana anterior y, mientras estuvieron en vigor, haciendo uso de las cartillas de racionamiento.

miércoles, 17 de julio de 2013

El chico de la hamaca

Prólogo

La calle, estrecha y ruidosa, típica de un barrio obrero a principio de los años cincuenta en Madrid. Un barrio que, durante la guerra civil, había recibido el apelativo de “La Rusia chica”.

La ropa de la colada ondeaba en balcones y terrazas como banderas multicolores. Ningún lujo se advertía en ellas, más bien remiendos y parches, a menudo de tejidos diferentes a los originales a los que sustituían. El único atractivo era las líneas de acacias que flanqueaban la calle desde ambas aceras, proporcionando una benéfica sombra en los días calurosos del verano. En primavera ofrecían diminutas flores blancas, “Pan y quesillo” era el nombre vulgar que recibían, que, incluso, eran comidas por los chavales.

Apareció como por sorpresa bajo una de las acacias; justo la que estaba frente a los balcones de su casa. Era un chiquillo pálido, de unos doce años, que parecía como atemorizado o avergonzado con la situación. Sentado en una hamaca, con un jersey, innecesario para la época del año y la temperatura ambiente, y con unos cuantos "tebeos" sobre las rodillas con los que entretener el tiempo y, a la vez, aislarse de las miradas, entre curiosas y extrañadas, de la gente.

Hacía mucho tiempo que había desaparecido de la vida del barrio. Un largo paréntesis en su, relativamente, corta vida, separaba lo que había sido la primera parte de su niñez, feliz y activa, donde no había tiempo suficiente para los juegos más duros, compartidos normalmente con otros chavales mayores que él y de los que no siempre salía bien parado, de la situación actual en la que una extraña enfermedad le mantenía en una forzada inactividad que le hacía irreconocible para sus antiguos amigos, que parecían tener reparos para reanudar la antigua relación en este nuevo escenario.

martes, 16 de julio de 2013

Frases celebres 4

"Es que lo que yo no entiendo es que, porque yo haya hecho lo que la derecha viene haciendo to la via, se haya montao la que se ha montao"

- Juan Guerra durante una de las entrevistas que le realizaron en rtve -

¿Será que votaron a su partido para que no hiciese lo mismo que la derecha había hecho durante to la via?

jueves, 4 de julio de 2013

El chico de la hamaca en Amazon

Queridos amigos, en el plazo de cuarenta y ocho horas, El chico de la hamaca comenzará su andadura en Amazon. Espero que le deis una buena acogida.

Frases célebres 3

“Si Deloitte dice que están bien las cuentas, no me las voy a leer”  "Yo estaba en Bankia para defender los intereses de los empresarios madrileños,
- Arturo Fernandez, presidente de CEIM y vicepresidente de CEOE-

¿Había alguien en el consejo de administración de Bankia que se preocupase de defender los intereses de la entidad y/o de los impositores?

martes, 2 de julio de 2013

Frases célebres 2

Esto no es una crisis, es una desaceleración acelerada -José Luis Rodriguez Zapatero-

¿Se puede decir una estupidez mayor con menos palabras?